domingo, 16 de diciembre de 2007

Curiosidades de la Historia

LEYENDAS SOBRE EL CHOCOLATE

* El primer hombre blanco que lo bebió: Fue Hernán Cortés en la Corte de Moctezuma. Creyó el emperador que Cortés era la personificación del dios Quetzalcóatl que algún día habría de volver al imperio azteca para devolverle su esplendor. El retorno del dios sería sobre cisnes de agua e implicaría la devolución del penacho de pluma de quetzal que Moctezuma custodiaba como un legado de la Historia. El conquistador español llegó sobre unas carabelas que los aztecas creyeron cisnes de agua y con un casco de metal coronado por un penacho de plumas. Moctezuma lo recibió en su corte como al Dios esperado. Y le ofreció una jícara con la bebida de los dioses: el chocolate. Cortés, a pesar de la oposición de sus oficiales, bebió el brebaje demostrando que no tenía miedo y que aceptaba la hospitalidad del azteca. El desengaño de éstos al comprobar que Cortés y sus hombres eran mortales y crueles, y no dioses, condujo a la Noche Triste del conquistador.

* El chocolate de los jesuitas: La historia la recoge Ricardo Palma en su obra. En el siglo XVII, los jesuitas instalados en Perú solían enviar remesas de cacao elaborado en tabletas a España. Pero entre los cargadores del muelle se corrió la queja de que los cargamentos de chocolate eran demasiado pesado en relación con el material empacado. Tanto se extendió el rumor, que el virrey del Perú se personó una madrugada en el puerto de El Callao y ordenó revisar las cargas enviadas por los jesuitas. Abierta una de las pacas, aparecieron lustrosas las tabletas de chocolate con divisiones marcadas de seis porciones. Pero al partirlas, se descubrió que, dentro de cada una de ellas, iban seis onzas de oro, colocadas en el centro de cada porción. El chocolate fue requisado inmediatamente. De ahí viene denominar a la porción de una sexta parte de la tableta una "onza de chocolate", la cantidad habitual en las meriendas de los niños.
También nació en esta historia el dicho peruano "Pesas más que el chocolate de los jesuitas", aludiendo al exceso de peso de la carga que enviaban a España.

* El chocolatito de Chiapas: En esta ciudad mejicana, las mujeres -como en el resto de Hispanoamérica y de España- solían llevar su chocolatera llena a Misa, para beber una jícara si el oficio se alargaba demasiado, y no desfallecer de hambre. Pero la costumbre de beber chocolate durante la Misa se fue convirtiendo en una tertulia al margen del oficio religioso. El obispo de Chiapas, considerando que la costumbre se había degenerado, prohibió el chocolate en la Iglesia. El veto cayó como una bomba entre las damas de ciudad. Para convencer al prelado, decidieron invitarle a sus casas a merendar, chocolate por supuesto. Pero el obispo no cambió de opinión. Y las meriendas fueron desmejorándole cada vez más y causando una delgadez extraña. Un buen día, el obispo murió recien llegado a su residencia de una de éstas meriendas. El rumor de que había sido envenenado con chocolate corrió por toda la ciudad. De esta leyenda nació otro dicho muy frecuente en Méjico: "Cuidado con el chocolatito de Chiapas", advertencia que se hace a quienes están a punto de meterse en un lío o a tomar una decisión impopular.

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