domingo, 23 de diciembre de 2007

Personajes

Os presento otro personaje de los que tendrían que multiplicarse: Emilio Calatayud, un juez atípico por ser el primero que puso a los adolescentes a realizar trabajos sociales para reparar su delito. Vive en Córdoba desde donde se le empezó a conocer cuando decidió sustituir las penas de cárcel para los jóvenes delincuentes por actividades sociales o trabajos que repararan el daño que el adolescente ha causado en la sociedad.

En una entrevista realizada en el diario El Mundo, el magistrado denuncia los fallos de los políticos en cuanto a la educación de la juventud. Se queja de la excesiva tolerancia con los padres irresponsables: "Ningún partido propone quitar las ayudas sociales o el PER a los padres que no lleven a sus hijos al colegio".

El juez Calatayud acusa a la clase política de confundir las churras con las merinas: "Hay complejo de joven democracia. Hemos confundido autoridad con dictadura y la autoridad es fundamental en un Estado de Derecho". Advierte de que no se hace nada para controlar el consumo de drogas en menores, que se permite y se consiente y, como anécdota, saca de un cajón un caramelo. "Esto es una piruleta de maríhuana". Advierte que prohibiría el botellón, porque donde se bebe es en los bares o en un guateque en recinto cerrado. Y que consentir todo a un niño es convertirle en un posible delincuente.

Y las medidas y sentencias que dicta han dado resultado y han conseguido que funcione la Ley de Menores, tan denostada. En Granada el 80% de los menores a los que se han aplicado estas medidas no reincide porque han comprendido que la vida es más dura que la cárcel.

Entre sus sentencias más habituales figuran el envío del adolescente al Ejército durante unos meses. Da buen resultado. Allí todos son iguales y se bajan los humos". Y reivindica las escuelas de padres, y la oposición a tal condición, lo mismo que obligan a opositar a los jueces, porque considera que ser padre es algo muy serio. O que hagan un curso en las maternidades. Y de la necesidad de que los padres sean más rígidos con sus hijos, razonándoles su actitud, y vigilando mucho sus actividades y hasta sus cajones, si es necesario. Todo con tal de evitar que el niño se convierta en un futuro delincuente.

Por eso nos parece que personas como el juez Calatayud tenían que multiplicarse.

0 comentarios: