lunes, 2 de junio de 2008

Curiosidades de la Historia


* Mayo, mes de las bodas.
Mayo ha sido generalmente el mes de las bodas en todo el mundo. La costumbre tiene un origen. En la Edad Media, con la primavera venía la necesidad de tomar el primer baño del año que se llevaba a cabo durante el mes de mayo. Así, este mes el olor de las personas era tolerable según los días que hubieran transcurrido desde las abluciones. Por esta razón, las bodas solían celebrarse poco después del primer baño, para que los novios no apestasen por la falta de limpieza. Las novias, de todos modos, llevaban ramos y diademas de flores para disimular el olor a sudor o de la menstruación, si hacía ya semanas que se habían bañado. De ahí la fecha para las bodas y la tradición del ramo de novia.

* Los baños por orden,
Como de baños estamos hablando, pues ampliamos el anecdotario. Los baños se tomaban en una bañera enorme llena de agua caliente. El primero en bañarse era el padre de familia. Tras él los demás hombres de la casa por orden de edad. Luego las mujeres, también por orden de edad y, finalmente, los niños que eran bañados en un agua espesa y marrón, ensuciada por todos los bañistas anteriores.

* ¿Por qué los velatorios?.
Pues para comprobar que el muerto estaba muerto y no en estado cataléptico. Antiguamente, ciertos alimentos y alcoholes oxidaban los materiales en que se comía y bebía, por ejemplo el tomate (que por eso fue considerado tóxico durante muchos años) o el estaño de las jarras que en contacto con la bebida podía envenenar. Así, cuando alguien caía redondo al suelo, por efecto del envenenamiento o de la borrachera, se le introducía en casa, se le colocaba encima de la mesa de la cocina y se esperaba a que despertase mientras la familia hacía su vida normal alrededor del inmóvil cuerpo. Si con el tiempo despertaba, se le echaba de casa después de darle de comer. Si, por el contrario, el individuo había muerto se avisaba al cura y al médico cuando se el cuerpo en cuestión empezaba a hincharse. Desde entonces, y por la frecuencia de ataques catalépticos o narcolépsicos que se producían, para no enterrar vivo a nadie se vigilaban los cuerpos durante 24 horas o 48 horas.

* Salvado por la campana.
La frase no viene del deporte del boxeo, como se cree habitualmente. En la Edad Media, precisamente por culpa de la catalepsia, se enterraba a muchas personas aparentemente muertas, pero que despertaban luego en el ataúd. Como los féretros se aprovechaban de un muerto para otro, cuando un cadáver debía ser enterrado se vaciaba el ataúd más antiguo y los huesos se vertían en un osario., para meter el cadáver nuevo. Y a veces se comprobaba que la parte interior de la tapa del ataúd estaba arañada, señal de que el enterrado estaba vivo. Para evitar estos fallos, al cerrar el ataúd se ataba a la muñeca del difunto una cuerda larga, que salía a la superficie y se ataba a una campanilla. Si el individuo enterrado se despertaba, tiraba insistentemente de la cuerda para sonase la campanilla. Para más efectividad, tras su entierro una persona permanecía unos días junto a la tumba, por si sonaba la campana. De ahí la expresión.

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