sábado, 4 de octubre de 2008

Curiosidades de la Historia


Hernán Cortés fue confundido con el dios Quetzaltcóalt.

Cuando el conquistador Hernán Cortés llegó a las costas de Méjico, los aztecas lo creyeron el dios Quetzalcóalt, "el que habrá de volver", una especie de Mesías para los pueblos azteca y maya. Por esta razón fue bien acogido en la corte de Moctezuma, que se creyó el afortunado mortal que recibía al Dios retornado, cuyo penacho de plumas de quetzal tenía la misión de custodiar para devolvérselo algún día.
La leyenda anunciaba que el dios que habría de volver, llegaría en grandes cisnes que navegarían por el mar y vestido de plata. Y la llegada se produciría en un año de la caña...
Era el año de la caña cuando Cortés se aproximó a las costas americanas, sobre grandes carabelas con las velas desplegadas que a los aztecas les parecieron grandes cisnes blancos navegando sobre las aguas. Y al desembarcar Cortés y sus hombres, todos estaban vestidos de plata: sus corazas brillantes con una forja imitando plumas. Y en la cabeza un penacho de plumas que no eran de quetzal. El penacho divino lo custodiaba el emperador. Y había llegado el momento de devolvérselo a Quetzalcóalt...
Moctezuma le entregó el sagrado casco a cambio del que traía el dios en su viaje. Y le ofreció la bebida de los dioses o teobroma: el chocolatl que sólo tomaba el emperador. Cortés recibió la jícara de chocolate mientras sus hombres le avisaban que no bebiera porque nadie sabía qué bebraje era aquél. Pero Moctezuma tenía que ganarse al pueblo azteca y a su emperador. Y bebió el contenido de aquella taza en un solo trago. Fue el primer conquistador que bebió la bebida de los dioses: el chocolate.
Con el tiempo, y los sangrientos hechos ocurridos meses después, los aztecas se dieron cuenta de que la bebida de los dioses había sido profanada al ser ofrecida a un mortal.

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