viernes, 17 de octubre de 2008

Historias del bandolero


El poder de un olor



Cuando llegué aquella noche a su cueva, me estaba esperando con una vara de nardos en la mano. Le dije que se parecía a Antoñito el Camborio, que "con una vara de nardos/iba a Sevilla a ver los toros"... No sabe quién es pero le da igual.

-- Es para tí. Sé que te gusta esta flor.

No sé dónde consiguió aquel invierno la vara de nardos, pero me envolvió con su aroma. Me miró complacido llenando sus ojos con mi sonrisa y mi cara de placer al aspirar aquel olor. Le dije que me gustaba oler largo rato los nardos y los jazmines, que me traían a la memoria recuerdos de infancia y me despertaban un deseo irrefrenable de volver a ser niña.

--Los olores también son recuerdos. La memoria se alimenta de todo: olores, sabores, sonidos, imágenes, palabras...

recordé de repente el olor a jazmines en el otoño sevillano o el de azahar en primavera. El olor a vinagre y pepino del gazpacho en verano. A pan tostado con aceite por las mañana de primavera, verano, otoño e invierno. Y el olor a carbón quemándose en la cocina donde hervía el cocido. Y el de las tortas de aceite recién hechas en las tardes de otoño... y el de la tierra mojada en Galicia.. y el olor a yerbabuena y ron en Cuba y a castañas asadas en todos los lugares del inviernos.. y al perfume "Tulipán negro" que usaba mi abuela y a "Maja" de mi madre...

Tiene razón el bandolero. Con aquella vara de nardos me permitió viajar a través del tiempo hacia la infancia que volví a vivir en unos instantes. Él también hizo un viaje en el tiempo.

-- A nardos olía una moza que yo amé mucho... Se los escondía en el escote.

Me dio una idea seductora y maligna. Esconder un flor en el escote. A fin de cuentas es una comunión con la naturaleza. Lo único triste para mí es que una flor es hermosa siempre, pero siempre es un cadáver reciénte que empieza su período de putrefacción en el mismo instante en que la cortamos.

-- Ya sé que la flor cortada es un cadáver. También lo es una flor seca. Yo sólo quería regalarte un recuerdo en el olor. Sólo eso.

Sólo eso. Y todo eso. Porque me había regalado un atoma que me trajo media infancia a la memoria.. ¡Hay que ver lo quepuede llevar consigo un olor!.

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