sábado, 11 de octubre de 2008

Sal o pimienta


No sólo hace falta sabiduría...

Lo cuenta Paulo Coelho. Dijo el joven al sacerdote zen: " Me gustaría entrar en el monasterio, pero nada de lo que he aprendido es importante. Todo lo que mi padre me enseñó fue a jugar al ajedrez, algo que no sirve para alcanzar la iluminación".
El sacerdote pidió un tablero de ajedrez, llamó a un monje y le ordenó que jugara con el joven. "El que pierda morirá..."
El joven se dio cuenta de que luchaba por su vida y el tablero se convirtió en el centro del mundo. Sin embargo, al conocer bien las estrategias del juego, se dio cuenta de que el monje iba a perder la partida. Observó su mirada de santidad y comenzó a cometer errores conscientemente. Se dio cuenta de que quien debería morir debía ser él, porque el monje sería más útil a la humanidad. De repente, el maestro tiró el tablero al suelo, interrumpiendo bruscamente la partida. "Has aprendido más de lo que te enseñaron. El camino de la luz no está hecho sólo de concentración y sabiduría. También de compasión y amor". Y le aceptó en el monasterio como novicio.

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