sábado, 22 de noviembre de 2008

Sal o pimienta



¿Para qué sirve la ONU?.

El grave y larguísimo conflicto del Congo, como el de Ruanda soterrado en este momento, ha puesto en la picota a la ONU y a sus fuerzas de paz. Mientras más de dos millones de refugiados deambulan por la selva huyendo de los machetes de los rebeldes y de los fusiles de los soldados gubernamentales, la organización internacional ha pedido para el año próximo la mayor ayuda financiera de su historia: 9.000 millones de $. La cifra es recabada para asistir humanitariamente a 30 millones de personas, en el límite de la desnutrición. Nueve mil millones sólo para ayuda humanitaria.

En esta tesitura, el ciudadano del mundo se pregunta cuál es el presupuesto aparte de Naciones Unidas para sostener un ejército absolutamente ineficaz y atado por los intereses de los socios de la organización. Un ejército que es desplegado en miles de puntos estratégicos del mundo, que viven genocidios y guerras originadas hace décadas por atavismos, ansias de poder y odios raciales. Y que sólo sirve para interponerse en medio de los dos bandos extendiendo los brazos como el árbitro separa a los dos púgiles.

Una dura y comprometida película de Catto-Jhones, "Disparando a perros", refleja con bastante crudeza y verosimilitud, la situación en Centroáfrica. Las tropas de la ONU sólo están en el lugar del genocidio hutu por parte de los tutsis para "observar", sin poder utilizar las armas salvo en caso de ser atacados directamente. Sólo pueden disparar a los perros que devoran los cadáveres, para evitar una epidemia derivada de los restos de entrañas humanas podridas repartidos por toda la selva. Esa es la realidad. Soldados con boinas azules y el globo de la organización internacional en sus bocamangas, que no pueden actuar como soldados ni intervenir en un genocidio como el ocurrido en Ruanda ni frenar los enfrentamientos brutales del Congo. Sólo pueden mirar... A la ONU no le interesa enfrentarse a las autoridades congoleñas, que controlan el rico subsuelo del país. Lleno sobre todo de diamantes, que despiertan la codicia y la ostentación en occidente, y de coltán, un mineral codiciado del que se extrae el tantalio y del que posee el 80% de la producción mundial.

Contemplamos horrorizados por TV las espantosas imágenes del conflicto y vemos aumentar la cifra de huidos de sus hogares para sobrevivir y el aumento de los niños-soldados, a los que se lava el cerebro para después dejar en sus manos un mortal "juguete" como el de los mayores. Y nos preguntamos para qué sirve el seudoejército de la ONU. Las zonas en conflicto no necesitan observación y a sus actores les da lo mismo que los vigilen o no. La interposición no sirve para nada y, entretanto, los países europeos que financian gran parte de este ejército, siguen surtiendo de armas a uno y otro bando. Es una forma de cobrarse la financiación...

En resumen, para qué gastar tanto dinero en financiar a este ejército inútil de juguete, pudiendo destinarlo a alimentos para esos millones de hambrientos que vagan por el mundo como espectros amenazantes para el Primer Mundo... Además la ONU no tendría que pedir aumento de sueldo para su ayuda humanitaria...

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