miércoles, 18 de noviembre de 2009

HISTORIAS DEL BANDOLERO






A veces, la vida depende de unas zapatillas.

Tengo un amigo parapléjico, conectado a un respirador, que cuando va en su silla de ruedas debe llevar consigo para que le proporcione el aire que necesitan sus pulmones. Y de vez en cuando agradece una visita y un rato de conversación.

En uno de esos momentos me confesó que lo primero en que se fijó, al salir del coma e incorporarse con ayuda en su cama, fue en las zapatillas deportivas que llevaba la enfermera. Cuando lo sentaron como un fardo en un sillón, volvió a fijarse en lo que calzaban las enfermeras de la UCI. Zapatillas hechas para correr, que les permitían llegar más rápidamente hasta el enfermo.

Me dí cuenta de que, en casos límite, el hombre se fija en las cosas más insospechadas. O de que, acaso, cuando se está entre la vida y la muerte, te das cuenta de que la vida depende de algo tan peregrino como unas zapatillas...O unas uñas demasiado largas para cambiar un catéter... O un trozo de comida demasiado grande... Se lo comenté al bandolero, una tarde de otoño, cuando mirábamos el atardecer. No se inmutó

-- ¿Ahora te das cuenta?...

Pues sí. En el ritmo de vida frenético que llevaba hasta ahora no me había dado cuenta de esas nimiedades.  Pero ahora no sé si son nimiedades o son cosas fundamentales...

-- A veces, la vida sólo depende de un hilo. De un segundo. De unas zapatillas, de un sorbo de agua o de unas uñas demasiado largas.

Dio una chupada a su tagarnina, expulsó el humo y luego siguió hablando:

-- Cuando llega tu hora, si no es por una piedra es por un papel. ¿No te das cuenta de que estamos marcados desde que nacemos?. Pues mientras no dé tu hora en el reloj de la vida, seguirás aquí al pie del cañón. Pero cuando suene, despídete si te da tiempo...

No supe qué decirle. Preferí callar y pensar en "mi hora", que no quiero conocer... Como Woody, cuando llegue mi muerte no quisiera estar allí... Pero que unos zapatos o unas uñas puedan marcar MI hora antes de tiempo me da una cosa...



5 comentarios:

Perikiyo dijo...

Nunca he creído en eso de que el destino está escrito. Creo más en lo de los zapatos, o las uñas largas.
Por cierto, a mí también me da cosa.

Besos.

meg dijo...

Perikiyo, yo cada vez estoy más convencida de que tenemos una hora marcada en el reloj. Y hasta que no llegue, estamos a salvo más o menos íntegros. Pero cuando suene... En eso soy determinista..,

ANRAFERA dijo...

Buen artículo. Soy de los que pienso que, efectivamente, todo tenemos nuestra hora.Saludos.
mi blog de diseño grafico con photoshop:
htt://www.ramonferrera.blogspot.com

meg dijo...

Joel, pasan porque tienen que pasar... Porque ya están marcadas, supongo.

meg dijo...

Anra, gracias. Estamos totalmente de acuerdo.