martes, 1 de septiembre de 2009

De vez en cuando un poema

ADELFOS

Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron,
soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
¡Tengo el alma de nardo del árabe español!.

Mi voluntad se ha muerto en una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer.
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna.
De cuando en cuando, un beso y un nombre de mujer.

En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos.
Y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y no tiene aroma, ni forma, ni color.

Besos. Pero no darlos. Gloria, la que me deben.
Que todo, como un aura, se venga para mí.
Que las olas me traigan y las olas me lleven
y que jamás me obligue el camino a elegir.

¡Ambición!. No la tuve. ¡Amor!. No lo he sentido.
Ni ardió nunca en un fuego de fe mi gratitud.
Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido.
Ni el vicio me seduce ni adoro la virtud.

De mi alta aristocracia jamás dudar se pudo.
No se ganan, se heredan, elegancia y blasón.
Pero el lema de casa, el mote del escudo,
eso es una vaga nube que eclipsa un vano sol.

Nada os pido.Ni os odio ni os amo. Dejarme,
lo que yo hago por vosotros podeis hacer por mí.
¡Que la vida se tome la pena de matarme
ya que no me tomo la pena de vivir!...

Mi voluntad se ha muerto en una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer.
De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna...
Un beso generoso que no he de devolver...

Manuel Machado

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