jueves, 5 de noviembre de 2009

DE VEZ EN CUANDO UN POEMA







Este poema es fruto de una promesa entre Ramón Sijé y Miguel Hernández. Habían jurado que si uno de ellos moría, el otro debería cavar la tumba del amigo.  Sijé murió eL 24 de diciembre de 1935 y Miguel Hernández se enteró por Vicente Alexandre, que habia leido la noticia en la prensa y sabedor de la amistad que los unía. Pero cuando llegó Miguel, Sijé ya había sido enterrado.  Fue tal su tristeza que escribió 

“Elegía”


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas


daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


MIGUEL HERNANDEZ

( Comentario cortesía de algunospoemas.wordpress.com) 


 

9 comentarios:

Gil de Luna dijo...

Impresionante poema, que nace de una no menos impresionante historia de amistad.
Me ha encantado, gracias por hacerme saber de su existencia.
Un saludo!!

felix dijo...

Estoy con gil de luna. Me ha parecido fantástico, y no lo conocía, asi que gracias por traerlo hasta nosotros.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Décadas llevaba sin leer la Elegía a Ramón Sijé, que tanto le gustaba a mi profesora de literatura. Con el tiempo uno aprende a valorar en su justa medida las cosas buenas.
Salu2

joelthorner dijo...

Muy bonito no me suelen gustar como este los poemas.

Salu2

JoelDesign.
www.joeldesign.tk

meg dijo...

Gil de Luna, Félix, es uno de los poemas emblemáticos del siglo XX y de un autor que fue represaliado por el franquismo, y que, por tanto, muchoas pusieron a la altura de Leon Felipe o de Alberti. Hay gustos para todo. A mí este poema me parece que supera cualquiera de Alberti y desde luego a muchos de Leon Felipe... también represaliados tras la guerra civil.

meg dijo...

Markos, eres de los pocos que conocían este poema, que no es tan antiguo ni tan ignorado.

A mí me parece un poema que describe la amistad en todo su significado, y sin connotaciones añadidas.

meg dijo...

Joel, espero que te empiece a gustar la poesía. Hay muchos poemas como éste, que te revuelven un poco el interior.

Perikiyo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Meg. Este poema supera, con creces, a los de Alberti.
Tal vez a Alberti lo supieron "vender" mejor, pero no es uno de mis poetas favoritos.

Besos.

meg dijo...

Para mí, Miguel Hernandez tiene más calidad que Albertio. Su poesía era más profunda. La de Alberti era más musical, más sonora, pero no tenía el sentiiento de Hernandez.