YA NO QUIERO PERDER MÁS ELTIEMPO.
Me ha llegado por algún sitio de la Red. Y de repente me ha trasladado a otros tiempos muy recientes, en los que pensaba así, así mismo, y no me atrevía a decirlo. Ahora ya sí. Y voy a dar, con algunas palabras de otros, un grito que el mensaje recibido me ha provocado de repente:
"Sé que cumplir años siempre es agradable. Pero cuando más cumplimos nos vamos dando cuenta de que ya no tenemos tiempo para gilipolleces. O no queremos tenerlo. Por ejemplo, yo ya no tengo tiempo para lidiar con mediocres ni estar en reuniones con egos inflados.
Ahora desprecio a los oportunistas abiertamente y a los envidiosos que intentan desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus talentos, de sus logros y hasta de sus lugares. Tampoco tengo tiempo, ni lo quiero, para proyectos megalomaníacos ni participaciones en conferencias donde establecen reglas engañosas para erradicar la miseria en el mundo, como si se quisiera realmente conseguir este objetivo. Ni quiero que me inviten a eventos donde se pretende fatuamente solucionar los problemas del milenio. No, no tengo tiempo para interminables reuniones donde se discuten estatutos, reglamentos, normas, procedimientos y políticas "a seguir", sabiendo que no se va a seguir ni a conseguir nada. (Foto: Pymex.com)
Ni tengo tiempo para soportar los melindres de los inmaduros por muchos años que tengan , ni perder el tiempo en reuniones " de confrontación" donde sólo "ponemos sobre la mesa" las opiniones de los poderosos. Y no quiero consumirme leyendo informes que no tienen ninguna importancia a pesar de que "ellos" digan que hay que analizarlos punto por punto.
Me molesta ser testigo de los defectos que genera la lucha por el poder, por el "majestuoso" cargo de Director. Como decía el escritor, las personas ya no discuten los contenidos, sino sólo los títulos.
Quiero perder el tiempo junto a gente con humanidad, que se ría de sus propios errores, que no se envanezca por sus triunfos, que no huya de sus responsabilidades... Caminar junto a personas de verdad, sinceras y sin intereses, junto a las cosas que me recuerdan, que me dicen, que me inspiran algo... Y cuidar los geranios de mi ventana que están algo marchistos. Ya no exijo un sillón más grande en mi despacho. Ahora sólo quiero un banco de piedra en el parque, a ser posible junto al estanque...(Foto: adelasoto.blogspot.com)
Porque la verdad, lo auténtico es lo que hace que la vida valga la pena. Tengo prisa por vivir con la intensidad que me permite la madurez. No quiero desperdiciar los pocos bombones que me quedan en la caja de mis proyectos. Quiero alcanzar la paz interior, intentar entender el significado de Dios y saber que voy por la senda de mi futuro, despacito, oliendo la jara, viendo las poinsetias crecer a la vera del camino y cogiendo moras para saborearlas cuando me siente a descansar. Eso, simplemente, es lo que quiero hacer ahora. O sea ganar el tiempo que he estado perdiendo tantos años..."
Me he quedado muy a gusto. Como el que vomita una mala comida que está revolviendo el estómago. Y no me duelen prendas en decir que ya voy lentamente hacia el atardecer de mi vida... Y tengo el placer de poder contemplar el ocaso...
6 comentarios:
hola Meg muy bonita composición en las cosas sencillas esta el verdadero sabor , cuan simple y fresco es simplificar saludos Meg
y buenas noches
despe
Gracias Despe. La verdad es que tenía ganas de gritarlo. Y me he descargado. Un besazo.
Enhorabuena. Has hecho una composición estupenda. Me he identificado con ella. A mi también me pasa. Un cordial saludo.
Suscribo esa carta plenamente, declarando que soy feliz conmigo misma y poco más necesito.
¿Es tuya la carta Meg?
Enhorabuena por esa descarga.
Sarah, recibi una carta con algunas frases como éstas, que me sugirieron este grito y yo las adapté a mi estilo y añadí el resto. Por tanto, la mitad de la carta es mía, la otra mitad fue la que me enviaron. Un beso Sarah y gracias.
Anra, gracias. Y tú has entendido que era una composición a medias. Un beso.
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