BEBIDAS PARA SOÑAR

VUELVEN LOS CÓCTELES

  Continuamos hoy con una nueva sección, traída de elfogondemeg que ya conocerán nuestros amigos visitantes de ambos blogs: la que allí se llamaba "una copa para soñar" aquí será  "Bebidas para soñar", y estará fundamentalmente compuesta por cócteles, esa bebida alcohólica que perdió su puesto anulada por el whisky y las bebidas largas de Cola y que vuelve a recuperar su protagonismo, gracias a sus sabores únicos combinados por manos expertas.

  No queremos incitar a la bebida a nadie. No queremos hacer apología del alcohol ni facilitar recetas porque sí. Queremos simplemente dejar volar la imaginación  en torno a una copa de cristal con una bebida exquisita, sea la que sea. Queremos soñar con mundos diferentes que nos sugieren los cócteles. Beberlos con moderación es un placer. Abusar de ellos, acaba siendo, simplemente, una ordinariez y un peligro.

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"FUNNY WIDOW"

   Hay que volver a los  felices años 20, de vez en cuando, para hablar de cócteles, imaginar pitilleras de plata en manos masculinas, faldas por la rodilla, largos collares y rodillas de charleston. Hay que rescatar la alegría de vivir, reir, beber, bailar locamente,  perdidos en medio de la crisis y agobiados por lo "políticamente correcto". Hay que volverse un despreciable individuo incorrecto de vez en cuando...

   Para rescatar ese valor y esa alegría, rota a jirones por las esquinas de la vida, se pueden dedicar unas horas a imaginar "viudas alegres", pero sin el conde Danilo por medio. Y, al mismo tiempo, girar horas y horas por el pasillo con tu pareja, en un ataque de locura, a los compases del charleston más loco de los Años Veinte, o del más trillado y viejo vals de antaño.

  Así puede llegar la hora de entregarse al placer de saborear las mil hierbas del vermú, nadando en el amargor del Amer y del Amaro en una bebida elegante, que se enreda entre los fru-frús de las enaguas de las bailarinas de can-can o en el suave roce de los largos collares de perlas de las señoritas de pelo corto y charleston. O incluso introducirse en un carné de baile, que se abre y cierra en manos enguantadas.

  En otras ocasiones, podemos beber este cóctel para sentirnos Escarlata O'Hara, transgrediendo todas las normas y los perjuicios bailando de luto ante las escandalizadas matronas de la fiesta.  Así las damas se sentirán como viudas demasiado alegres de vida y soledad, girando enloquecidas por los brillantes salones de un palacio vienés, y los hombres pueden creerse Rett Butler o el Conde Danilo, vestido de casaca azul y entorchados de oro ante los encajes negros y el perfume a rosas de la amada viuda que acabará dándo su segundo sí en silencio, sólo con el lenguaje de su abanico de marabú....

   Y mientras bebemos, seguramente escucharemos de fondo los viejos valses de Viena, los can-can de los felices veinte, o los banjos que hacían bailar, al otro lado del oceáno, a Barbra Streissand, vestida de terciopelos rojos y con agujas de oro clavadas en su voluminoso peinado...

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VIUDA ALEGRE

   Una mitad de vermú blanco seco y otra mitad de vermú  rojo dulce, un golpe de Amer Picón, un golpe de Amaro Cinzano.

   Verter en el vaso mezclador por el orden indicado, y remover con la cucharilla. Servir en vaso alto con hielo y una guinda en almíbar en el fondo. (Foto:mtvo-lasmentiras.blogspot.com)

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FUNNY GIRL

   

   Es una variante del anterior: una mitad de vermú rojo dulce, la otra mitad de coñac y Amaro Cinzano a partes iguales (o sea 1/4 de cada), dos golpes de Amer Picón.

   Verter todo en el vaso mezclador por el orden indicado, remover y servir en copa baja con una rodaja de naranja flotando y corteza de limón adornando el borde. (Foto:skytablog.blogspot.com)

(Imagen superior:drcoctel.com.ve)