martes, 4 de enero de 2011

CURIOSIDADES DE LA HISTORIA




UN ALMUERZO LE COSTÓ LA CABEZA A LUIS XVI


    Luis XVI, nieto del Rey Sol y marido de la reina Maria Antonieta, con quien llegó a un trágico final que  acabó temporalmente con la Monarquía francesa, era  un aficionado a la buena mesa. Una afición que le llevaba a comer a menudo y que le costó literalmente la cabeza. 

   Cuando los revolucionarios tomaron  La Bastilla, se organizó la  fuga a Varennes de la familia real, disfrazados de aristócratas rusos, y con un abundante cargamento de provisiones en su carruaje camjuflado, para satisfacer su insaciable apetito en el largo camino hacia su exilio.


   Pero en el itinerario que seguía el carruaje real había un mesón muy afamado en el pueblo vecino. Y Luis XVI mandó detener la comitiva para almorzar en el citado local, en el centro del pueblo. El yantar duró dos horas... un tiempo vital para haberse puesto a salvo.  Las tropas enviadas por sus seguidores  para relevar a la escolta que acompañaba al soberano,  no encontró rastro alguno de la comitiva a la hora indicada en el punto convenido ddel camino a Varennes. Tras una larga espera , los soldados de refresco volvieron atrás creyendo que el carruaje  real estaba ya a salvo. (Imagen: esacademic.com)

   Craso error.  Luis XVI no había llegado a tiempo al punto convenido, por almorzar tranquilamente en un lugar desviado del camino. Fue apresado por las tropas revolucionarias que intentaban darle alcance y conducido directamente a la Torre del Temple parisiense... Y mientras esperó su final en la guillotina, sus guardianes se cuidaron mucho de mantenerle bien alimentado gracias a un todo un equipo de cocineros que fueron puestos a disposición del Rey. Pero, por primera vez en su vida, Luis XVI hizo gala de gran sobriedad en la mesa, manteniendo su dignidad real...








12 comentarios:

Laube Leal dijo...

Qué curioso, Meg. La gula le costó la cabeza... jejejejejej
Un besote

meg dijo...

Ya ves, Laura. Que a veces la Historia gira en torno ala mesa y la gastronomía. ¡Cuántas decisiones, fracasos y éxitos se han conseguido gracias a una buena (o mala) mesa.

Gracias Laura,un beso y generosos Reyes.

despe dijo...

hola Meg muy interesante, hay que ver! entre la dignidad de ese hombre y su apetito y ser apresado por eso hay cuanta anecdota dificil de comprender hoy dia pero que sentido tenia en sus dias para algunos como el napoleon cuando se puso la ropa del sarnoso para curarse de sus nervios! que cosas! un beso y que la pases bien

Trecce dijo...

Es lo que tiene ser rey, que no te conformas con cebolla y pan.

Marcos Ley dijo...

!Muchas gracias! Es muy reconfortante saber que hay vida detrás de la puerta. Yo también estaré detrás de la tuya leyéndote. Un saludo.

meg dijo...

Despe, qué alegría leerte por estos pagos. Bienvenida de nuevo. Y ya sabes: Hay tantas cosas que cambian el curso de la historia y de la vida en un instante...

Gracias, feliz año y un beso.

meg dijo...

Trecce: ni los reyes ni quien no tenga corona. Con pan y cebolla no se conforma nadie, salvo que no tenga más remedio. ¡Con lo rico que está un buen filete!.

Un beso y felices reyes.

meg dijo...

Ley, reconforta, sí, saber que hay alguien detrás de la puerta. Yo ya sé que también estás tú.Un abrazo .

Anónimo dijo...

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Para mí ya, de manera inevitable, la figura de Luis XVI, como la de Maria Antonieta va unida al genial novelista y biógrafo Stefan Zweig. El recuerdo que tengo del libro, amén de una fascinante atmósfera que lo envuelve todo, es que por lo general Luis XVI fue un incompetente bastante completo, en tanto que María Antonieta se comportó durante décadas como una cabeza hueca. Ahora bien, en la hora de la verdad, en la dramática hora de la verdad, que fueron meses, María Antonieta tuvo una altura de miras y de actuación de la que casi siempre anduvo carente su esposo. Es curioso que el día de la toma de la Bastilla por los revolucionarios el rey anotó en su diario: "Hoy, nada". Sí, nada, nada menos que su cabeza había empezado a valer muy poco. Feliz año, amiga.

meg dijo...

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meg dijo...

Palmiro, las biografías de Zweig son magistrales, todas. Y efectivamente: ella se comportó en el cadalso y en la prision con una gran dignidad. Y él creo que tan sólo en la cuestión dela comida, que fue lo que le perdió. Yo creo que nunca quiso entender lo que pasaba. Gracias por la visita. Un beso .