domingo, 18 de diciembre de 2011

CINEMATECA

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"LA LEYENDA DEL PIANISTA EN EL OCÉANO"

Dir.:  Giuseppe Tornatore.-  Inte.: Tim Roth, Pruitt Taylor,  Bill Nunn, Mélanie  Thierry.


   Es una fabula magistral sobre la condición humana. Tornatore consigue lo impensable con esta película del 2000, anterior a su famosa "Cinema Paradiso"", por la que recibió un Oscar. El argumento está basado en un monólogo teatral de Alessandro Baricco, titulado "Novecento"   y que nada tiene que ver con la película de Bertolucci.

     La entrada del siglo XX genera grandes expectativas y  origina masivas  emigraciones desde Europa a Estados Unidos, a bordo de elegantes trasatlánticos. Como el "Titanic", el "SMS Virginia"  transporta a un pasaje de lujo y  glamour, mientras en sus bodegas viajan los emigrantes. Danny, uno de los maquinistas del buque, encuentra a un bebé abandonado sobre un piano y decide adoptarlo, bautizándolo como "Novecento", el año en que comienza  la acción. El barco se convierte  así en el hogar del niño que, en los pasajeros  que van y vienen, encuentra una ventana al mundo. Tras la muerte de Dany, Novecento se encarga de las bodegas, hasta que un miembro de la tripulación descubre su innato talento como pianista, sin saber leer una partitura. Y se convierte en el pianista de a bordo,  que anima las noches de la travesía. Su leyenda cruza el océano y recibe ofertas millonarias para actuar en Nueva York y otras ciudades. Pero  no  se decide a abdonar el barco, su hogar,  porque "no escucharía la voz del océano", como le dice a su amigo  Clarence William (su compañero  en "Hampones")..Este es el momento en que se conocen ambos, y en que nace una  fuerte amistad entre William (que hace de trompetista de la orquesta del trasatlántico) y Novecento.




Sólo una vez  se decide a bajar del buque, cuando alguien le asegura que, desde tierra se puede escuchar también la voz del mar. Pero una vez  en el puerto comprueba que no es cierto.Y ¿qué haría perdido en el tráfago de una urbe que no conoce?. ¿Qué puede ofrecerle un mundo lleno de interminables ambiciones, ruidos  y multitudes?...  Novecento vuelve al barco y continúa su labor como pianista para entretener al pasaje de lujo.  Uno de los viajeros es el famoso pianista Jelly Roll Morton, que le desafía a un duelo inigualable. Es uno de los momentos más bellos de la película. Jelly Roll ejecuta "The Crave", de forma inimitable. Pero Novecento le derrota con una interpretación magistral de la famosa y difícil melodía "Enduring Movement".

   Tornatore ha querido, con esta película, presentar la aceptación  de la propia existencia, con un Novecento afincado en su castillo flotante entre uno y otro continente, sin echar pie a tierra jamás  y seguro en su fortaleza. Al final, el barco, a desguazado, será dinamitado por sus propietarios. Y Novecento morirá con él,  negándose a bajar a tierra.   La película obtuvo seis David de Donatello, los premios del cine italiano, y un Globo de Oro a la mejor música, de Ennio Morricone, que luego trabajó más veces con Tornatore.  La recomiendo encarecidamente. Pasareis un momento  mágico sumergidos en sus imágenes de pura poesía cinematográfica.

   Os dejo con un pasaje del duelo al piano entre Jelly Roll y Novecento.



2 comentarios:

Persona dijo...

Hola Meg. La película es muy buena; recuerdo sobre todo el momento en el que el pianista decide no descender del barco.
Por otro lado, te agradezco por comentar y criticar mis escritos. En cuanto a tu pregunta, en mi país decimos enceguecer, aunque pensándolo bien la palabra cegar suena mejor. Te mando un saludo.

meg dijo...

Me alegro de que la hayas visto, Persona. ¿A que es una poesía en imágenes?. El monólogo final que tú citas es genial, y con un punto de filosofía vital. En cuanto a lo de cegar o enceguecer es cuestión de opiniones entre unos y otros. Doy por buena tu palabra y te mando un abrazo.