CURIOSIDADES

El pastelero atómico.-

    Así fue llamado Robert Lewis, el copiloto del "Enola Gay", el avión B-29 que lanzó su bomba atómica  sobre Hiroshima, en agosto de 1945.  El misterio  estriba en que nadie conoce su final. Unos dicen que entró en un convento trapense, horrorizado por la acción en que participó y sus consecuencias globales. "¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?" fue lo único que pudo hablar  Lewis después de arrojar la bomba y ver de lejos la seta atómica. Otros aseguran que volvió a su antiguo trabajo  de jefe de personal en una pastelería de New Jersey, donde se jubiló -dicen-  después de pronunciar algunas conferencias pagadas  sobre su experiencia como copiloto.  No obstante, muchos aseguran que quien entró en el convento fue su piloto, Paul  Tibets,que dio el nombre al bombardero utilizando el de su propia madre.

El invierno de los nabos.-

   Se llama así en  Holanda al que transcurrió entre 1944 y 1945, mientras el ejército nazi se retiraba hacia Alemania  arrasando todo lo que encontraba a su paso. Los holandeses pasaron una verdadera hambruna, que paliaron con los nabos que crecían en unos pequeños nabares, que surtieron de alimento a todo el país en el invierno más crudo de la historia de Holanda.

Cuchillos sin punta.-

     Hasta la mitad del siglo XVII, los cuchillos  que se utilizaban en la mesa eran los mismos que llevaban al cinto los señores: dagas y demas armas blancas. Todos ellos terminaban en punta. En una ocasión, el Cardenal Richelieu, durante un banquete palaciego, comprobó  que un convidado, el canciller  Pierre Sèguir, se limpiaba los dientes con la punta de su cuchillo, dando un desagradable espectáculo.  El Cardenal  decidió que nadie más cometiese semejante incorrección en su presencia, y ordenó forjar cuchillos con punta redondeada para los banquetes. Desde entonces, se utilizan los cuchillos romos.

(Fotosuperior:taringa.net.-Fotocentral:huertourbano-arturo.blogspot.com.Fotoinferior:todocoleccion.net)