martes, 10 de julio de 2007

No os recomiendo

Un libro: El club gastronómico - Saskia Noort


- RBA - Barcelona, 2007.

Un club que podría ser de hípica, de crochet o de pijerío. Novela de Intriga. Para leer en la playa. (Lo malo es que no es una edición para abandonar en un banco del Paseo Marítimo). Carente de estilo. Y que nadie se engañe: no hay club gastronómico que valga, sino un club elitista de pijos que sólo saben hacer dos platos de salmón y emborracharse un día sí y otro no. Eso sí: sólo con Moêt Chandom o con Chablis. Y con un final como el de las novelas policíacas de serie: el sospechoso es quien menos esperas pero que sospechas.


Argumento: Karen y Michel se trasladan con sus dos hijos a una pequeña ciudad cerca de Amsterdam, para conseguir más tranquilidad. La sociedad urbana no los admite. Pero Karen logra la complicidad de Hanneke, una de las mujeres más influyentes, para fundar un Club Gastronómico que reúna a las parejas más exclusivas. Una noche arde por completo el elegante chalet de Evert, uno de los miembros del club, que muere en el incendio. Se salvan su mujer Babette y sus dos hijos que son acogidos por Karen en su casa. Todos se vuelcan en ayudarles. Semanas después muere Hanneke al caer desde el balcón de un hotel de Amsterdam. Karen sospecha que ambas muertes no son casuales y decide investigar por su cuenta, con la ayuda de una pesada y ordinaria policía de Amsterdam. Y lo que al principio era un ambiente fraternal y relajado se torna en una relación envenenada por los celos, la corrupción y la traición. Al final, se descubre al asesino que es quien menos se espera. Final con moralina barata sobre la hipocresía de la clase media-alta de cualquier sociedad y sobre la ambición y el materialismo económico que ya todos sabemos.



Detalles: Un gourmet que compra, en una de las galerías alimenticias más exclusivas de la ciudad, varias clases de quesos, cuatro rodajas de salmón y litros de champagne Moët Chandom, te da que sospechar. Cuando te fijas en el menú del navideño Día de San Nicolás, te caes de espalda: uno lleva espuma de salmón, otro tarta de manzana, un tercero vino caliente con canela y un cuarto sopa bullabesa. Todo se coloca sobre una mesa en la que ya había pan, queso roquefort y "una cesta llena de perritos calientes para los niños y una colección de salsas para patatas fritas"... La autora es periodista 'free lance' y columnista de "Marie Claire". No hay más que decir. No recomendable salvo que no tengáis otra cosa a mano.

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