viernes, 9 de noviembre de 2007

Historias del bandolero

Dicen que Camelot es un sueño, que no existe. Dicen que sería magnífico que sobreviviera la esperanza de una sociedad armoniosa, dirigida por un hombre bueno rodeado y ayudado por caballeros sometidos a un código ético. A cambio de la fábula, la realidad se nos presenta tal cual a los ciudadanos desencantados con sus gobiernos, sean de izquierdas o de derechas, y los muros se derrumban a nuestro derredor...

Dice el bandolero que los gobernantes no sirven hoy a una sociedad desilusionada y que la espada del Cid enmohece encerrada en una urna de cristal. Yo prefiero pensar que Excalibur sigue clavada en la piedra de los bosques de Camelot. Pero el bandolero no entiende de leyendas foráneas. Sólo de las que evocan a la Sabina, a los moros que no se quisieron ir y a las brujas convertidas en piedra de la serranía. Luego me habló de los cadalsos y de las hambrunas y de las tasas de los pobres y de las exenciones de los ricos. Yo le aseguro que, en este momento del tiempo, los cadalsos y las hambrunas globales han desaparecido gracias a algunos gobernantes justos.

- En esta tierra sí. Pero ¿y en otras más o menos lejanas donde los niños tienen las tripas hinchadas?...
-Ese estado que tú llamas Camelot es un sueño, una leyenda como la de la Sabina o la de los duendes. Y, si existe, debe estar demasiado lejos para nosotros...

Me quedo soñando con ese hombre que consiga separar a Excalibur de la piedra negra, rodeado de una corte de soñadores justos capaces de hacer realidad sus sueños. Sueño con una sociedad ilusionada y con una esperanza renovada de los ciudadanos de la Ciudad Perdida... Sueño con los montes de la serranía iluminados por las sonrisas del bandolero...

Sueño con que Camelot deje de ser un sueño...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Más que un sueño (o además) Camelot debiera de ser una inspiración,Doña Emilia...

meg dijo...

¿Para mí o para los demás, señor Monca?

Anónimo dijo...

Para todo el mundo incluida usted!
Que los sueños,sueños son...y la inspiración los recrea de la nada.

meg dijo...

Pues yo sigo soñando con que Camelot exista, con hombres buenos al frente... Por eso me inspiró esta reflexión con el bandido.