martes, 18 de diciembre de 2007

Sal o pimienta

Magnanimidad real con la chica de Qatif

La chica de Qatif ya no recibirá cien latigazos ni será encarcelada por tres meses. Ha sido indultada por la magnanimidad de S.M. el Rey de Arabia Saudí. La chica de Qatif había sido condenada por adulterio con siete hombres, que la violaron uno detrás de otro.

Así lo establecen las leyes wahabíes, que consideran a la mujer un objeto sin alma. Seguramente los jueces creyeron que se había dejado violar después de entrar un momento en el coche de un compañero de colegio para pedirle que le devolviera unas fotos obtenidas durante una excursión escolar, porque la chica de Qatif había sido prometida el día antes con un extraño y no quería problemas.

La chica de Qatif no era la primera ni será la última que protagonice tan inaceptable situación. Las leyes de su país, dictadas por el magnánimo rey de Arabia Saudí, la consideran un objeto más a utilizar por el hombre, el rey de la Creación.

Pero Su Majestad es magnánimo y ha dictado, además, un decreto real que ordena la comparecencia de los jueces que sentenciaron a la chica de Qatif ante una comisión de investigación por "errores cometidos en el caso"...

Pero todo esto es un caso aislado entre los muchos casos de violación de muchas chicas en muchos lugares de Arabia. Es una concesión de S. M. el rey de Arabia Saudí al Occidente protestón que sólo sabe inmiscuirse en los asuntos internos saudíes. La magnanimidad real ha contentado a Occidente. Ya está. Caso puntual...

...porque el Ministro de Justicia de S.M. el rey de Arabia Saudí ha defendido al poder judicial, sobre todo a los tribunales islámicos. Independientemente, ha dicho, del indulto otorgado por S. M., "que tiene derecho a indultar a los condenados, si ello sirve a los intereses del país."

Y la vida sigue en el reino wahabí, cuna del Islam, tierra de los lugares sagrados del mundo musulmán, y defensor de la Ley Islámica que ellos llaman "sharía" y que para la chica de Qatif se llama indignidad.

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