jueves, 6 de marzo de 2008

Historias del bandolero

Deseo y realidad


Somos una mezcla de realidad y deseos nunca alcanzados. El bandolero está ahí, saboreando los altramuces que, hasta hace un instante, deseaba. Ahora sólo quiere un trago de vino fresco que le ayude a digerirlos y tumbarse unas horas bajo el pinsapo a dormitar. Luego, cuando despierte, ya no deseará altramuces, ni vino ni tendrá sueño... Y deseará un vaso de agua y un baño en el río...

Y así, de deseo en deseo, de sueño en sueño, vamos alimentando esta realidad que componemos. El bandolero ha escuchado mis pensamientos en voz alta y lo considera natural:
- Es que estamos a medio hacer. Toda la humanidad está a medio hacer, como un deseo incumplido. Como si estuviera cambiando, ajustándose constantemente,... Como si nunca fuéramos a estar terminados...
Luego bebió un trago de vino de su bota de cuero y se limpió las comisuras con la manga de su chaquetilla.
- Pero eso no es malo. Porque así siempre tendremos una razón para la esperanza, para el deseo, para los sueños... Para madurarnos. Lo que deseamos hoy, podemos alcanzarlo mañana. Y mañana, pues, podremos desear una cosa nueva y mejor.
- Y¿por qué mejor?. ¿Quién establece eso?.
-Porque los sueños no cumplidos van perfeccionándose y los deseos que se cumplen desaparecen. Mañana podremos volver a desear lo mismo que hoy, pero habremos añadido algo más al deseo. Y entonces no conseguiremos lo mismo sino algo mejor pero distinto. Como el agua del arroyo...Ahora mismo pasa y ya no volverá a pasar esa misma gota de agua que hemos visto ahí... No volveremos a verla nunca más. Serán otras gotas iguales las que veremos pasar en el curso incesante del río. Pero no será aquella gota que va río abajo...

Acaso por eso somos una mezcla de realidades y deseos. Como el río es una mezcla de pasado y futuro en la que se ahoga el presente...

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