martes, 25 de marzo de 2008

Marujerías


Nuevo libro de Arturo Pérez Reverte:
"UN DÍA DE CÓLERA".- Alfaguara,2007.-

ISBN 978-84-204-7280-5


Vaya por delante que lo recomendamos con reservas. Explicamos por qué. Es el relato de una sola jornada, histórica e inolvidable para Madrid: la del 2 de mayo de 1808. Una jornada violenta que se inicia con la protesta del pueblo cuando se da cuenta de que los franceses se llevan a la familia real de Palacio, creyéndola secuestrada. A partir de ahí, la violencia se va desatando por todo Madrid, y el autor la relata deslabazadamente. Parte de la acción se centra en los hechos ocurridos en el cuartel de Monteleón, defendido (el autor niega que fuera una defensa militar estratégica) por los capitanes Daoiz y Velarde, ante la pasividad y el silencio de los altos mandos del ejército español que tienen orden de no enfrentarse a las tropas francesas. Y otra parte en los centenares de fusilamientos ejecutados por los franceses desde la tarde-noche hasta la madrugada del día siguiente. En medio de estos hechos, relaciones interminables de nombres y oficios, como si fuera obligatorio un homenaje a las víctimas de aquel terrorismo gabacho, para narrar rutinas cotidianas del Madrid de la época rotas por la violencia popular e insertar a personajes históricos como Manuel de la Quintana, Alcalá Galiano o el actor Isidoro Máiquez, entre otros.. Hay que reconocerle a Pérez Reverte que a lo largo de esta novela describe el Madrid del 1800 con mucho detalle. (Incluso ofrecen, guardado en la solapa del libro, un mapa del Madrid de 1808, en el que se han señalado los lugares más relevantes de la historia).

Pero este relato, que podía haber sido una novela histórica bien documentada, ágil y atractiva, el autor lo ha convertido en una mera relación documental de las víctimas identificadas de aquel día. Los párrafos con nombres y oficios son demasiado largos y rompen la agilidad narrativa, si la hubiera. Y la narración, en sí, está poco cuidada. Como si el libro hubiera sido escrito por encargo y con desgana. Item más: esta novela no tiene un "incipit" o comienzo atractivo, como suele ser habitual en este autor que, siempre con la primera frase, capta al lector irremediablemente. (De los finales más vale no hablar, porque en nuestra opinión es el autor que mejores comienzos escribe y peores finales resuelve. Pero es cuestión de gustos). El inicio de la novela resulta ya aburrido y poco atractivo: "Siete de la mañana y ocho grados en los termómetros de Madrid, escala Réaumur. El sol lleva dos horas por encima del horizonte...".

El estilo de Reverte en esta novela difiere mucho del suyo habitual. Incluso se diría que hay párrafos que no ha escrito él o que se ha limitado a copiar textualmente de los informes oficiales archivados: "Tengo que entregar el mensaje, piensa angustiado. Hace un esfuerzo para levantarse y muere.". Otro ejemplo: "..el conductor de Correos Pedro Linares, abrazado en el suelo a un sargento francés, intercambia puñaladas con él hasta que lo matan entre varios enemigos". (pg. 249) "Fue herido de mucha gravedad en el último instante de la lucha"(pg. 344). "...cuando el comerciante de lencería Francisco López se dispone a cenar con su familia, una descarga resuena contra los muros, rompe los vidrios de una ventana, y lo mata una bala" (pg. 366).

Y como ejemplo de las irritantes listas de personajes, valga otra muestra en la pág. 143: "Junto a la fuente de la Mariblanca, el albañil Meléndez Alvarez recibe un sablazo que le abre la cabeza. Un mancebo de tienda de la calle Montera llamado Buenaventura López del Carpio, que acude a batirse junto a su compañero Pedro Rosal, encaja un tiro en la cara; y a su lado, pisoteados por los caballos a cuyas riendas se aferran, caen el menorquín Luis Monge, el mozo de cuerda Ramón Huerto, el napolitano Blas Falcone, el jornalero Basilio Adrao Sanz y la vecina de la calle Jacometrezo María Teresa de Guevara..." Y ocho líneas más abajo: "Los hermanos Rejón y su compañero el cazador colmenarense Mateo González, que luchan a brazo partido, se ven obligados a recular hasta el atrio enrejado del Buen Suceso cuando una nueva oleada de dragones a caballo dispersa su grupo a tiros y golpes de sable, matando a la manola Ezequiela Carrasco, al herrador Antonio Iglesias López y al zapatero de 19 años Pedro Sanchez Celemín...". Así páginas y páginas que acaban aburriendo al lector si no es aficionado a censos y listas de personal...

En resumen, una novela de Pérez Reverte que no parece de Pérez Reverte, aburrida y desarrollada con precipitación. Como un encargo realizado de mala gana...

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