sábado, 5 de abril de 2008

Sal o pimienta

Tony Calleja, un sabio solidario


Hemos presentado muchas veces a personajes dignos de ser multiplicados, para que hubiera más como ellos en el mundo. Y éste es uno de ellos: se llama Tony Calleja. Tiene 58 años de los que 30 los ha pasado en Chile como pastor jesuita. Desde el año 2000 trabaja en Africa ayudando a los refugiados, al frente de la Oficina del Servicio Jesuita a Refugiados de Grandes Lagos. Atiende a más de 35.000 desplazados en Burundi, Ruanda y la República Democrática del Congo, éste último uno de los sitios más calientes del mundo en estos momentos junto con Somalia.


Este solidario soldado de Cristo (como se definen los miembros de la Compañía de Jesús) sitúa en tres puntos la situación más candente de Africa: Somalia, donde la gente huye en masa y la mayoría son desplazados internos. Kivu norte, en la República Democrática del Congo, punto que arde según Calleja, y donde hay 50.000 desplazados dejados de la mano de Dios en medio de los combates. Finalmente, la crisis del Chad-Darfur que en su opinión "es una llave tan grande que no se ve el final. Los rebeldes, van, vienen, se juntan, se separan, y disparan siempre"... Recuerda el caso de Tanzania en 1996 como el más doloroso que ha conocido: "Una página triste de la que nadie quiere hablar. Devolvieron a los ruandeses a su paísel día de Navidad, de noche, a culatazos y violándo a las mujeres. Fueron 500.000 personas caminando hacia su país de donde habían huido. Y ACNUR no hizo nada...". Precisamente sobre este retorno masivo de muchos refugiados, el padre Calleja advierte que muchos de estos ruandeses fueron asesinados por la etnia rival. Y relata el caso de Burundi: "Allí ha sido necesario crear un proyecto gigante de seguridad alimentaria. Empezaron a volver en el 2004. Pasó una horda de organizaciones construyendo escuelas, hospitales, de todo. Pero el Estado ahora no puede mantener eso: no hay infraestructura social, no hay profesores y los niños tienen que trabajar y no pueden estudiar..."


Frente a casos como el de "El Arca de Zoé", a quienes llama "grupo de criminales" que tanto daño pueden hacer a las demás ONG, Calleja sugiere que el Estado controle estas organizaciones, dando certificados de buenas prácticas. Y advierte que la gente debería informarse más antes de dar su dinero a una ONG.


Calleja también tiene su opinión sobre la situación política de Africa, que tan bien conoce. "Creo que hay una agenda geopolítica para Africa. Si Occidente logra hacerse con la República Democrática del Congo, tendrá el cinturón subsahariano en sus manos para atajar a los islamistas, a los chinos y asegurarse el acceso a una ingente fuente de recursos.". Y advierte del 'peligro chino': "Los chinos ya se están llevando el 10% de todo. Los chinos vienen, hacen su comercio, sus negocios, ayudan a construir infraestructuras en cada país. Su único criterio es hacer comercio y sacar recursos de Africa..." En el otro lado está Occidente: "Bien o mal, presiona en temas como gobernabilidad, corrupción, derechos humanos, se esfuerza por mantener una imagen. Pero en la práctica, lo cierto es que todos persiguen contratos millonarios"...


Y, finalmente, nos habla de los campos de refugiados en general: "Son como campos de concentración más elegantes y sin política de exterminio. En general, los campos de ACNUR (la oficina de la ONU para el Refugiado) están bien organizados, limpios, con comida y educación primeria. Pero todo eso lo deciden a ciegas unos ejecutivos en Ginebra, en una oficina con aire acondicionado, lejos de la realidad de estas personas." Su ojo crítico y su capacidad de análisis le hacen un personaje importante en el mundo de la solidaridad internacional.


¿Es o no es un personaje a multiplicar, para que hubiera muchos Callejas en el mundo?.



(Fernando Goitia.- "XLSemanal 16/12/2007)

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