jueves, 29 de mayo de 2008

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Un libro: HOY CAVIAR, MAÑANA SARDINAS.
Carmen Posadas y Gervasio Posadas.- RBA Editores.

El libro es una recopilación de anécdotas surgidas de la memoria de los dos hijos de un embajador de Uruguay, destinado en varios países del mundo. La escritora Carmen Posadas, uruguaya de nacimiento y española de adopción, rememora, junto a su hermano, los mejores momentos de la aventura de su padre como embajador de su paìs.

Cócteles, almuerzos, cenas, meriendas, reuniones de alto nivel... La vida de una embajada de un país pequeño, por dentro, con sus problemas, sus soluciones caseras y sus carencias. No es lo mismo la embajada de EEUU que la embajada de un país como Uruguay. Así lo subrayan los autores, que comentan con ironía y humor muchos de los momentos memorables de la gestión diplomática de su padre: la cena en que su madre se quedó en enaguas, el plato falso que creó escuela, la boda de la hija recién destinado a ... ¡una ciudad sin mercado ni existencias como el Moscú de la guerra fría!.. Una cena en la embajada china en Moscú, con las mayores exquisiteces de la cocina de aquel paìs: medusas rebozadas, serpiente en salsa, huevos milenarios podridos de color verde por dentro... El incendio del traje de su madre, en el Kremlin, durante una cena ofrecida a Nixon... Éstas y muchas más anécdotas bien contadas, y puestas en boca de su madre, aparentemente escritar en un diario que llevaba a todas partes.

Junto con las anécdotas, los autores han recopilado las recetas de los platos más curiosos que recuerdan de la etapa de nómadas diplomáticos: los blinis, el strogonoff de oso, la falsa langosta hecha con rape, la musaca griega, el "steak and picnick pie", o el tradicional conejo con tomate de la cocinera contratada para la embajada en Madrid.

El título chocante viene de una frase de la esposa del diplomático que solía repetir a sus hijos, cuando ´tocaba cena de gala. "Hoy caviar, mañna, chicos, sardinas"... El presupuesto de la embajada uruguaya no era el mismo que el de la estadounidense o la británica... La embajadora, a veces, tenía que pagar la pintura del edificio...

Un libro divertido, sin otro objetivo que homenajear a esa clase especial de humanos que son los diplomáticos que han de criar y educar a sus hijos en pleno nomadismo. Para pasar unas tardes entretenidas. Un dato: ha ganadó el Premio Sent Soví 2007, un galardón para los libros relacionados con algún aspecto de la gastronomía, del arte de la cocina o de la mesa.

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