jueves, 24 de julio de 2008

Recomendamos





Un libro:



"EL ÚLTIMO ENCUENTRO" .- Sándor Márai .- Ed. Salamandra, Barcelona.



La decadencia de la edad y del pasado anquilosado, la deformación de la realidad con el paso de los años, los recuerdos intactos e inmóviles en una memoria agitada y revuelta, y la verdad esperando al final de la vida para aclarar los puntos negros del pasado que sólo podrán desvelarse en ese momento, cuando la vida está llegando a su fin. Así podría resumirse, en frases inconexas, esta novela del húngaro Márai, autoexiliado en Europa y luego en Estados Unidos durante el régimen de Horthy, en los años 20, y desconocido en su propio país hasta casi el fin de sus días. Un fin que él puso voluntariamente en California en 1989.

La acción transcurre, más bien discurre, en un pequeño castillo de caza en los Cárpatos húngaros, que antaño tuvo momentos de esplendor imperial. Un esplendor que ya no existe y que ha dado paso a la decadencia física, como la de su dueño, y social que anuncia el final de una época. El dueño del castillo, abocado a la última andadura de su vida, espera la llegada de un viejo amigo, al que hace dècadas que no ve, y con el que quiere saldar viejas cuentas. En ambos amigos ha pervivido la necesidad de esta reunión para aclarar un secreto sumamente importante en la vida de ambos. El encuentro se convertirá en un duelo en el que las armas son las palabras y la memoria, mucho más dañinos que el acero. Y el recuerdo de una bella mujer que rige en el tiempo. La tensión del encuentro sube de intensidad hasta la última página mientras se va desvelando el terrible secreto y se hace más profunda la distancia entre ambos amigos. Al final, la liberación con el hallazgo de la verdad cuya búsqueda ha durado toda una vida...

Todo esto narrado con una prosa perfecta, en la que se dejan caer las propuestas morales de un escritor comprometido como Sándor Márai y una delicada melancolía que impregna los recuerdos de una Hungría decadente, pero que a fin de cuentas es su propio país amado en su infancia. Totalmente recomendable.

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