viernes, 11 de septiembre de 2009

OS RECOMENDAMOS


Un Libro:

"VACAS, CERDOS, GUERRAS Y BRUJAS"
Marvin Harris


Marvin Harris sorprendió, en su momento, con esta obra fruto de una minuciosa investigación sociológica y étnica. Como en otras obras suyas, -"Caníbales y reyes" o "Bueno para comer"- Harris intenta dar respuesta a los numerosos enigmas con que nos encontramos a lo largo de la vida. Los tabúes religiosos, las tradiciones irracionales, los movimientos mesiánicos, el machismo, la belicosidad...

Harris consigue, si no responder, al menos indagar en porqué los judíos y musulmanes tienen prohibido comer carne de cerdo por un tabú inexplicable. O por qué los hindúes adoran a las vacas y prefieren morir de hambre antes que matar a uno de estos animales. O cómo interpretar el machismo o la belicosidad de algunas culturas...

En uno de sus capítulos, "El potlatch", desmenuza el sentimiento social del éxito, el prestigio social o el impulso de prestigio siempre ansiado por el hombre. Analiza las razones que llevan a
los líderes de algunas tribus primitivas a destruir todo su patrimonio con tal de mosttrar al rival que su riqueza era mayor que la suya. En Alaska y en Samoa algunos de sus habitantes practicaban el "portlatch", el hecho de donar o destruir más riqueza que el contrario. Algunos sociólogos consideran esta práctica emanada de un modo de vida megalómano y de la inseguridad de un líder mientras se mantiene débilmente en lo alto. En su obsesión por mantener la admiración social ( más que el liderazgo) algunos jefes de tribu ofrec ían festines "de grasa", en los que vertían cajas de aceite obtenido del pez bujía. A veces las llamas de la fogata incendiaban el tejado de la casa causando gran regocijo en los anfitriones que demostraban así su desprecio por su riqueza. Harris aplica el "portlatch" a Estados Unidos, donde los grandes empresarios y políticos parecen practicar también un ritual semejante al de los inuik o los samoanos.

En el capítulo dedicado a las brujas y aquelarres, Harris recuerda que antes del año 1480 nadie era ejecutado en Europa si confesaba haber estado con el diablo. A partir de ese año, por orden de la Iglesia católica, eran ejecutados y -aún peor- tras cruentas y brutales torturas que hacían al reo desdecirse y acusarse a sí mismo para aca
bar con su sufrimiento. Las brujas, sin embargo, eran un símbolo de las fuerzas con las que luego se vería amenazada la Iglesia: las herejías y los cismas que llevaron a la creación de la Inquisición para frenar el daño que estos sectores podrían causar a la Iglesia. Pero ¿por qué se dedicó luego a la caza de brujas?. Porque la Iglesia vio en estas mujeres y su influencia en la sociedad, un peligro tan grande como el de los albigenses o los valdenses. Y como este asunto, investiga también en la tradición del "cargo" fantasma o la esperanza de un premio a los esfuerzos y a las penalidades o en la espera a lo largo de los siglos de un Mesías liberador en todas las culturas...

En definitiva, un libro aconsejable para aquellos interesados en la evolución de la sociedad a lo largo de los siglos y del comportamiento humano y sus tabúes seculares. Los culinarios y los otros.

0 comentarios: