
Uno de barcos
Conversacion REAL obtenida por radio en la costa de Newfoundland, entre canadienses y estadounidenses, en Octubre de 1995:
Canadienses: (ruido de fondo)… por favor, desvien su rumbo quince grados sur para evitar una colision…
Americanos: …(ruido de fondo)… Recomendamos que desvien ustedes su rumbo quince grados norte para evitar colision…
Canadienses: Negativo. Tendran que desviarse quince grados sur para evitar la colision.
Americanos: Al habla el capitan de un navio de los Estados Unidos de America. Insisto, desvie SU curso.
Canadienses: No. Insisto, desvien ustedes SU curso.
Americanos: LE HABLO DESDE EL PORTAAERONAVES LINCOLN USS, EL SEGUNDO NAVIO MAS GRANDE DE LA FLOTA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.NOS ESCOLTAN TRES DESTRUCTORES, TRES CRUCEROS, Y NUMEROSAS CORBETAS DE APOYO. LE ORDENO QUE DESVIE SU CURSO QUINCE GRADOS NORTE, ESTO ES, UNO CINCO GRADOS NORTE, O SE TOMARAN CONTRAMEDIDAS PARA ASEGURAR LA SEGURIDAD DE ESTE BARCO.
Canadienses: Y YO LE HABLO DESDE UN FARO. ¿Algo más que decir?.
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Un bandido mejicano se había especializado en cruzar el Río Grande de vez en cuando y robar bancos en Texas. Así pues, se ofreció una recompensa por su captura, y un Texas Ranger decidió rastrearlo y atravesar la frontera. Tras una búsqueda larga, rastreó al bandolero hasta una cantina. Lo encontró, se paró silenciosamente tras él, le apuntó su revolver a la cabeza, y dijo:
-- Está usted bajo arresto. Dígame donde escondió el botín o le vuelo la tapa de los sesos.
Pero el bandolero no hablaba inglés, y el Texas Ranger no hablaba castellano.
Afortunadamente, un abogado bilingüe, que estaba en la taberna, tradujo el mensaje del Ranger. El aterrado bandolero le contestó que el botín estaba enterrado bajo el árbol de roble detrás de la cantina.
-- ¿Qué ha dicho?, le preguntó el Ranger.
El abogado contestó:
-- Vete al infierno, Gringo. No eres lo suficiente hombre para dispararme.
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Una de Ancianos

Cosas de los mayores
Dos ancianos, hablando sobre el envejecimiento, y uno le dice al otro:
- La peor parte se la llevan nuestras mujeres, y además ellas se niegan a admitir que envejecen y tratan siempre de esconder sus achaques.
- Tienes mucha razón, pero he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades a través de un sencillo juego: Así, si quieres saber si tu mujer empieza a quedarse sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Después, cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros, después a 2 metros, y después a 1 metro. Y entonces no le quedará más remedio que darse cuenta que está sorda.
El anciano encuentra que la idea es muy buena y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su mujer y le pregunta con voz fuerte:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta, por lo que se acerca a 2 metros y le pregunta:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. El tipo, totalmente asombrado, se aproxima a un metro y grita:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
Su mujer se gira y le dice, con cara de exasperación:
- Te lo digo por cuarta vez, ¡¡¡sopa y croquetas!!!
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