EL DÍA DE LA SALUD
Bueno, pues vale: que no nos falte la salud. Hoy es el día en que todos decimos eso después de enterrar ilusiones y retornar a la rutina. Hoy se nos han ido, a la mayoría, los sueños y las esperanzas a ese país del que volverán el año que viene para alimentarnos el alma durante unos días y convencernos de que los sueños se hacen realidad.
Un día, paseando, entramos en una Admon. de Loterías (un comercio de ilusiones con nombre de dios egipcio) y compramos un trocito de cartulina con un número en el que ponemos todas nuestras esperanzas y necesidades. Unos prefieren los números al azar. Otros prefieren guarismos concretos y buscan entre los muchos expuestos a ver si está el suyo: esos dos patos nadando en un estanque que es el 22; o la "niña bonita" que no sé por qué llaman así al 15. O el pornográfico, porque tiene la desgracia de ser el 69. Y "el cojo", porque el 77 parece que lleva muletas. O la carreta que parece el 24 con el jamelgo delante. O ese 11 que parecen las rejas de una cárcel ; el 44, que parecen dos sillas puestas de perfil o los dos holgazanes que son el 66 que ven pasar sin inmutarse a las dos señoras estupendas que forman el 33....
Todos llevan una carga de ilusiones que dura unos días, guardado en el bolsillo, en la cartera, en el bolso o en el portafolios, soltando polvo de estrellas invisibles a la espera del día de los dos patos y de la música celestial que nos anuncia la llegada y asentamiento de la Navidad. Las voces de los niños cantando números y cantidades, números y cantidades, números y cantidades... Hasta que la cantinela cambia de registro y se detiene... El..... Tres milloneeeees de eeeuroooos. Y nos revolvemos buscando el papelito que compramos en la faraónica Tienda de la Esperanza. Y miramos, al menos, los dos últimos números, a ver si al menos nos cae una lluvia de moneditas como granizo dorado.
Luego, la mayoría de los mortales esperamos al periódico del día siguiente "por si hubieran cantado nuestro número" escondido entre todos esos guarismos y cantidades, guarismos y cantidades... . Pero generalmente ni eso. Y entonces rompemos el papelito, miramos al cielo, pedimos quedarnos como estamos, rogamos salud para seguir adelante y nos subimos el cuello del abrigo hasta las orejas para combatir el frío que hiela las calles y del que nos damos dado cuenta de repente. Hasta el año que viene, que volveremos a soñar durante unos días con el viaje a Thailandia, con el coche nuevo, con la cancelación de la hipoteca, con muebles nuevos, con el arreglo de la Iglesia del pueblo, con una matrícula en el Máster de Hannover, con una boda por todo lo alto, con un piso con habitaciones para cada uno, con un viaje desesperado a Houston a ver si la leucemia....
Pero mientras tanto, hemos soñado y hemos vivido envueltos en esa esperanza dorada que llaman Lotería y que ha llovido de las estrellas en esta noche de media luna, que parece una empanadilla blanca de azúcar y sueño. Esta noche dormiremos más y mañana será otro día. Un día nuevo en el que de repente surgirán nuevas esperanzas y nuevos sueños...
Y recuperamos la alegría. Porque la vida no acaba en los números..
8 comentarios:
eso el optimismo y los sueños que nunca mueran !
saludos
despe
...Yo quisiera saber!!!???...
Salud!
Despe, efectivamente. Feliz Navidad y besos.
Olivier ¿qué quieres saber?... Si es el misterio de los números, yo no sé descifrarlo. Saludos.
Es una paradoja, en principio se juega con la esperanza lógica de tengamos la suerte a favor, y cuado no es así, imploramos hipocritamente a la salud.
Siempre ha sido así, Mamuma. ¿Por qué te crees que le llaman el Día de la Salud?. Un beso y feliz navidad.
FELIZ NAVIDAD...y mucha salud. Saludos.
Gracias Ramon. Y que el próximo año volvamos a soñar hasta que llegue la decepción del día de la salud nuevamente. Que no se nos acaben los sueños.
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