SE HACE CAMINO AL ANDAR

EL MISTERIO DE LA CÚPULA ESCONDIDA DEL SERÓS.

El peregrino jacobeo sale de Jaca después de contemplar esculpida en la fachada de su catedral la antigua medida de la vara aragonesa, como patrón fijo. A diez kilómetros de Jaca, el peregrino se encontrará con una encrucijada de donde parte el sendero que lleva hasta los monasterios de  San Juan de la Peña y la Cruz del Serós. Este último se levantó sobre las  ruinas  del monasterio, que en el siglo X, fundó Sancho Garcés, según unos, o Ramiro I según otros,  para descanso -se decía- de sus tres hijas Sancha, Teresa y Urraca. Las tres hermanas o sorores.Y de ahí puede derivar el nombre de Serós=soror...

En el tímpano de su pórtico puede contemplarse un tosco  crismón de ocho radios entre dos leones. Uno de ellos pisa una flor de doce  pétalos, el signo místico de la cruz. Y en medio de su ábside románico hay una columna, rematada por dos capiteles arbóreos invertidos, que emergen del fondo de una extraña pila bautismal en la que el agua bendita parece alimentar el fosilizado árbol de la vida...

  En el interior de la Serós,  bajo la bóveda octogonal, hay una sala coronada por una cúpula semiesférica que ha permanecido oculta durante siglos y a la que sólo se podía acceder a través de una escala lanzada desde arriba. ¿Qué ocultaba la extraña galería que hay en lo alto de la bóveda?. ¿Y qué se custodiaba allí?...Fue descubierta hace pocos años y, hoy, puede alcanzarse desde el coro. Pero sigue existiendo el misterio de los secretos que ha guardado durante siglos.

  Y fuera ya de la Serós, el camino conduce hasta San Juan de la Peña, uno de los lugares más esotéricos del Camino de Santiago. Es un antiguo cenobio benito, con numerosos elementos mágicos incrustados bajo una gigantesca  roca que la corona  como un inmenso y pesado tejado curvo. Dice la tradición que en el monte  Pano (o Panum) se cobijaron  habitantes del canal de Berdún y los que huían de las huestes de Abderramán  I.. Dos de estos huidos, los dos hermanos Voto y Feliciano, encontraron los restos del santo que ha dado nombre al templo.

  Y así el monasterio emerge de una caverna bajo una inmensa roca que parece querer aplastar el lugar, antaño fortaleza ibérica erigida en honor al dios Pano.  Y parece probable que el nombre de La Peña provenga del antiguo dios ibérico, para anular su recuerdo, más que de la pétrea constitución del lugar, protegido por las fuerzas telúricas  que envuelven al recinto, en el que entraremos despacio en nuestra próxima etapa...