domingo, 7 de marzo de 2010

SE HACE CAMINO AL ANDAR



POR EL CAMINO DE SANTIAGO


¿ESTUVO EL SANTO GRIAL BAJO LA GRAN ROCA?


   Nos quedamos en la etapa anterior a las puertas de San Juan de la Peña, uno de los lugares más esotéricos del Camino de Santiago. Es un antiguo cenobio ce la orden de San Benito, con numerosos elementos incrustados  bajo una gigantesca peña que corona el claustro a modo de tejado. 

Dice la tradición que en el monte Pano, nombre antiguo sobre el que se levanta el cenobio benito, allá por el año 780, se cobijaron indígenas del canal de Berdún y refugiados  cristianos huidos de las huestes de Abderramán I.  Dos de estos huidos, los hermanos Voto y Felicio, encontraron los restos de un eremita que se supone es el santo que ha dado nombre al templo. 

  El hoy monasterio emerge de la caverna sobre las ruinas de una fortaleza ibérica consagrada al dios Pano, que posiblemente diera nombre al lugar (en lugar de la inmensa roca que lo proteje). En su interior, las especiales vibraciones que la roca recoge desde el fondo de la tierra, envuelven al peregrino. Se pierde la noción del tiempo contemplando, en el Panteon de Nobles, la mayor colección de crismones del mundo. El crismón es  el gran medallón de piedra tallado sobre el tímpano de la entrada, con los símbolos  o la imagen de Cristo tallado en su interior.  Y se estremece bajo la inmensa roca que protege los treinta y dos arcos del claustro. En la entrada del gran patio, una leyenda: "Porta per hac caeli fit  per via cuique fideli si studeat fideli iungere iussa Dei". ("La puerta del cielo se abre, por aquí, a cualquier fiel si une la fe a los mandamientos de Dios"). Y en el Panteón de Reyes estuvieron sepultados los restos de todos los reyes navarros y aragoneses que posterioemente fueron trasladados al monasterio de Nájera.
   Entre sus piedras, numerosos misterios. La espiral perfecta de piedra que hoy es objeto de estudio arquitectónico, por su perfección lograda con rústicos instrumentos. O la misteriosa llave tallada en uno de los muros del interior del monasterio, que nadie sabe a qué cerrojo pudiera corresponder ni el significado de sus dientes opuestos.  O el  extraño varon tapándose sus partespudendas, encerrado en un módulo de piedra a medio tallar.(Fotos: Joaquin Berchez)

   El santo que aquí se venera  probablemente es San Juan de Atarés, cuyo cuerpo incorrupto descubrieron los dos hermanos refugiados en la cueva, donde decidieron quedarse para custodiarlos. A su muerte fueron relevados por otros doa hermanos, Benedicto y Marcelo, que levantaron, a mediados del siglo IX, el monasterio en cuyo ábside central dice la leyenda estuvo custodiado durante años el Santo Grial, sacado de Jerusalén por los freires templarios y desaparecido posteriormente. El misterio del Santo Grial volverá a surgir en otros lugares inaccesibles  y ocultos del Camino...
   
  El abad Sanchez de Aranzana mandó traer desde Almería  los cuerpos de San Indalecio y san Jaime, para enterrarlos en el lugar. Así, de dos en dos, se registraban los hechos en San Juan de la Peña. Los astrólogos y expertos en parasicología subrayan la dualidad del lugar, marcada por el signo de Geminis, los dos hermanos, que se repite constantemente en  el número de cuerpos enterrados, y en las fases de hechos históricos que envuelven el monasterio.

   Según la tradición, el Santo Grial llega a San Juan de la Peña portado por Parsifal que lo entrega a los monjes de San Juan de Suso, en la Rioja, y éstos lo depositan en el  monasterio de Leyre.  El abad de este monasterio se lo entrega , a su vez, al obispo de Jaca en 1076, según un documento hallado de esa fecha. El obispo don Sancho abandona su sede episcopal y se refugia en el monasterio benito de la gran roca  para custodiar personalmente el recipiente  legendario. En 1399 los monjes de San Juan de La Peña deciden entregárselo al rey aragonés Martín el Humano que ordena su traslado a Zaragoza. Y en el camino desaparece el misterioso recipiente sin dejar pista alguna.

   Y envuelto en la leyenda, el peregrino sale de debajo de la gran roca para seguir su camino, hacia Puentelarreyna, adonde llegará después de atravesar el canal de Berdún (que nada tiene que ver con ciudad francesa de bélicas connotaciones) y bordear la sierra de Errando. El canal de Berdún  cubrió el antiguo camino jacobeo y hoy transcurre paralelo a la carretera que lleva a Tiermes, un pueblo hoy abandonado que, antaño, tuvo termas romanas de las que el Códex Calixtinus dice: "hay baños reales con agua siempre caliente". Y de donde provenga seguramente su nombre.

  El peregrino hace camino andando hacia otro lugar sagrado y mágico: Leyre.



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué mono me ha entrado de ver Indiana Jones :)..

meg dijo...

pues no te prives, Jordim. Un saludo y feliz domingo con Indiana.

felix dijo...

Meg...

Esto despierta nuestro espíritu aventurero gracias a tu excelente exposición, querida amiga. Un post excelente, me gustó mucho.

Un beso fuerte

meg dijo...

Aunque sólo sea viajar para ver San Juan de la Peña y muy cerca elmonasterio de Leyres, vale la pena hacer un viaje, Felix.

Me alegro de despertarte el espíritu aventurero que todos llevamos en el fondo, unos más profundo que otros.

Un beso yfeliz semana que empieza.

madroca dijo...

Agradecido por este fantastico rato de lectura que me has hecho pasar y de verdad, dan ganas de ir a hacer el camino cuando te enteras de tantas cosas como hoy nos acercas Meg.
Un saludo y feliz semana

meg dijo...

Pues quedan más, Madroca. La verdad es que es un viaje fascinante, aunque no sea más que por las leyendas, misterios y arte que econtramos a lo largo de la ruta.

Me alegro de que te animes. UN beso y feliz sewmana.

ANRAFERA dijo...

Excelente entrada. Interesante cuanto expones. Saludos cordiales meg.

meg dijo...

Gracias Ramon. Me encanta que te interese todo lo que escribo. Eres un cielo. Besos y que pases un buen día.