viernes, 6 de agosto de 2010

SAL O PIMIENTA




HIROSHIMA: HACE  65 AÑOS...

   Eran las ocho y cuarto de la mañana. Los pacíficos habitantes de Hiroshima trabajaban ya desde hacía una hora. Y, de repente, contra toda creencia...el  infierno se desplomó desde el cielo....

    Hoy se cumplen los 65 años de la bomba sobre Hiroshima que ayudó -dijeron los ganadores- a poner fin a la  Segunda Guerra Mundial.  No se habían contabilizado, todavía, los muertos de una contienda internacional que, desde 1939, duraba ya seis años y había registrado centenares de miles de muertos.  Fue una explosión nunca vista, que provocó una gigantesca seta mortífera que contaminó toda la región para siempre... Para siempre, siempre, siempre...

  Los ojos huecos de los niños de Lorca no se quedaron abiertos en el Brooklyn Bridge  sino en Hiroshima, un lugar desconocido para el mundo hasta ese día, en que los más fuertes acabaron borrando del mapa una ciudad pequeña, provinciana, aferrada a sus tradiciones milenarias... La mitad de sus habitantes quedaron desintegrados.   La otra mitad quedó tan contaminada de un mal que nadie conocía , que fueron muriendo en los años siguientes retorciéndose en su sufrimiento.  
   
   Hoy todavía se intenta recordar a aquellos desaparecidos que se desintegraron y quedaron flotando en el espacio como nebulosas que nunca, nunca, tuvieron forma humana. Aquel artefacto infernal consiguió que los seres vivientes dejaran de tener forma humana... El aparato volante se llamaba "Enola Gay", triste nombre para un personaje tan divertido. Y aquel objeto demoníaco contenía "envasado" el espanto, el dolor y la oscuridad. Los verdugos le habían puesto un paradójico nombre: "Little boy"... el "chaval"...

   Hiroshima se convirtió en el Gólgota maldito e insoportable para unos ciudadanos que se saludaban con reverencias, que cuidaban la flor de loto como un bien del universo y  que componían sus casas buscando la felicidad del alma.  Pero un gigante volador suprimió todo este mundo apretando un botón.  Quien lo apretó no sabía lo que era una flor de loto, ni un jardín trazado  para la paz del espíritu, ni  una casa con puertas de pergamino, porque no hacía falta más en aquel mundo confiado y noble... El gigante volador acabó con el espíritu de la vida.... Dicen que quien los pilotaba murió atormentado por el arrepentimiento. y los fantasmas de sus propias víctimas... Y los ciudadanos que sobrevivieron con el cuerpo llagado, temieron toda su vida  a  que llovieran  más estrellas con azufre y fuego como punto final del apocalipsis.

   Nuestro amigo Felix Casanova publicó, ayer, en su blog (uno de los mejores  y más premiados blogs de Historia de toda la Red),  un recordatorio estremecedor. Os lo ofrezco desde  http://felixcasanova.blogspot.com/ , con su autorización expresa:


"SOMOS UNOS HIJOS DE PUTA".- Estas fueron las primeras y poco solemnes palabras pronunciadas el 16 de julio de 1945, a las 5 horas, 29 minutos y 45 segundos, por el doctor Kenneth Bainbridge. Acababa de ser testigo de la primera explosión nuclear en el campo de tiro de Alamogordo (Nuevo México), concretamente en un lugar que tenia el apropiado nombre de “Jornada del Muerto”. Allí, en el grado 33 de latitud norte (hay quien ha querido ver en esto una retorcida muestra de humor masónico), la humanidad entro en la denominada “era atómica”. Con aquella explosión culminaba el Proyecto Manhattan, la mayor operación militar secreta de todos los tiempos...
La mayor parte del merito de aquel éxito correspondía al doctor J. Robertt Oppenheimer, que había conseguido llevar a buen puerto la empresa que se le había encargado en 1942: fabricar una bomba atómica antes que los alemanes.
Solo fueron 19 kilo-tones, pura pirotecnia en comparación con lo que vendría después, pero ninguno de los que tuvieron ocasión de presenciar aquello pudieron olvidarlo jamas, y quienes en aquel momento sintieron un vacío de vértigo en la boca del estomago pudieron al menos consolarse con la idea de que aquello se estaba haciendo en pro de una causa justa.
Apenas un mes después des esta prueba, 200.000 personas perecían achicharradas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Ellas fueron las primeras victimas inmoladas en razón de la causa justa de acortar la guerra y quienes pasaron a la Historia oficialmente como las primeras victimas del armamento nuclear. Sin embargo, los primeros seres humanos que sufrieron en sus carnes la mordedura de la radiación de una bomba atómica fueron en realidad los estadounidenses.

 La seguridad no fue el aspecto mas brillante de esta operación. No había precedentes – de hecho, aun había quien tenia dudas sobre si la explosión no provocaría una reacción en cadena capaz de terminar con la vida sobre la Tierra-. Otra chapuza norteamericana: la autopista nacional 380, que pasaba a 15km del lugar de la explosión, recibió una gran dosis de radiación. Se desconoce si había algún automóvil circulando por aquel sitio en el momento de la explosión, pero si lo estaba, a buen seguro de que los ocupantes murieron casi de inmediato. No fueron avisadas por las autoridades militares las localidades cercanas y eso fue un caos absoluto. Incluso en puntos mas lejanos, se podían apreciar los efectos de la detonación en muchas cabezas de ganado, que presentaban graves quemaduras respecto a la radiación beta.

Quiero terminar este post con unas palabras respecto al anterior y que enlaza con este, que nuestro amigo Senovilla nos dejo ayer en su genial blog de obligada visita PENSAMIENTOS JFS, sobran comentarios:

"Nuestra Gaia tiene los siglos contados para el hombre, o damos ese salto evolutivo que nos falta o seremos historia, sigo pensando que cuando aprendamos a respetarnos y evitar los sufrimientos de nuestros congéneres, comenzaremos a amar y respetar a toda la Naturaleza y no harán falta estas meditaciones en alto..."


   Os dejo un video difrerente del que  ha publicado nuestro amigo Félix, pero igual de expresivo:




http://felixcasanova.blogspot.com/


6 comentarios:

felix dijo...

meg...

Antes que nada agradecerte la mencion y tus estimadas palabras, querida amiga.
Las palabras de Camus al final del video son mas que elocuentes y certeras: "sera preciso elegir entre el suicio colectivo o la utilizacion inteligente de las conquistas cientificas...".
Y siguiendo con el video, no he podido evitar una mueca de dolor y rabia, tras ver la cinica ronrisa de Truman en la rueda de prensa.
Fue el triunfo de la mentira, del cinismo, de la barbarie, del aqui mando yo¡...
Tus letras me han llegado mucho, porque has utilizado un narrativa poetica de una calidad insuperable.
Genial tu articulo y honremos a los muertos de esta barbarie y los de todas las guerras haciendole un poco de caso a Don Albert Camus...

Un abrazo

meg dijo...

Gracias Félix. Creo que, entre tu entrada y la mía, rendimos tributo a aquellas víctimas supervivientes que murieron entre dolores atroces y a las que se desintegraron en el aire fulminadas por aquella tormente de fuego.

Estremecedora esta fecha siempre. Guardemos un minuto de silencio imaginándonos las campanadas de lamento que hoy sonarán en Hiroshima y pasado mañana en Nagasaki.

Y no me agradezcas nada porque el mérito también es tuyo. Gracias por tu generosidad. Un beso fuerte.

Laura.M dijo...

Curioseando por aquí he encontrado tu blog.

Sorpresa veo también al amigo Felix.
Habeis hecho un merecido homenaje a la mayor masacre cometida por el hombre.

No debemos olvidar, pero seguimos cometiendo los mismos errores, de eso se encargan los señores de la guerra.

Saludos

meg dijo...

Gracias Laura por tu visita. Sí, me pareció tan bueno el homenaje de Félix, pero tan diferente del mío, que decidí unirlos los dos. Creo que nunca hay que ser tacaños con las palabras para recordar estos horrores.

Un saludo y feliz domingo.

Manolinvicio dijo...

Me encanta comprobar que no esta en el olvido, eso seria un error, y de esta manera no volvera a suceder. Esalgo tan brutal y horrible que por mucho que sepamos y veamos en imaenes, nunca podremos imaginar realmente la magnitud de este tipo de fatidicas actuaciones.

Te mando un saludito y te doy las gracias por tu visita.

meg dijo...

Manoli, por eso hay que recordarlo y con cuanta más crudez mejor. Para que no vuelva a suceder esta catástrofe humana conseguida por la soberbia del poder. (Los autores aseguran que querían que acabase la guerra. Y acabó, claro. Eliminando a miles de enemigos de una vez).

Gracias por tu visita, Manolinvicio, y no me agradezcas la mía. Estamos en la bloggeria para eso. Un besito