sábado, 22 de enero de 2011

BEBIDAS PARA SOÑAR


LA SOLEDAD DE MARLOWE EN UN "GIMLET"

Suena un saxo en una esquina al final de Sunset Boulevard y pasa un hombre enfundado en una arrugada gabardina camino del Bar "Victor's". Su inexpresivo rostro muestra el desencanto de la vida, disimulado bajo un permanente sarcasmo y una mueca indolente. Se llama Philippe Marlowe por obra y gracia de Raymond Chandler, su padre putativo.

Está enamorado de Linda Loring, que le propuso matrimonio durante "El largo adiós". Pero él se lo pensó demasiado, durmiéndose en los laureles de un "Sueño eterno" y, al final, le dijo que sí en "Playback". Pero Chandler, el que manejaba los hilos de su vida, tuvo el mal gusto de morirse un día de repente, antes de dejar que se casaran en una inacabada "Historia de Bodle Springs"... Y quedaron condenados a una soledad acompañada para toda la eternidad. Linda, sola, sigue esperando el sueño eterno. Y Philip también sigue solo, buscando a la misteriosa dama del Lago, despidiéndose a bofetadas de las muñecas prostituidas y abriendo su correspondencia atrasada al filo de la noche.

De vez en cuando, en el bar de "Victor's" intenta dar jaque al fantasma de su invisible amigo Terry Lennox, de quien sigue guardando en su memoria el tortuoso misterio de su desaparición... E intenta olvidar a la oscura rubia Lauren Bacall. Cuando salen los fantasmas de su interior, intenta saborear un "Gimlet" que le prepara su amigo Víctor y, entre trago y trago, maldice a Chandler, su creador, que se murió demasiado pronto. Por eso bebe una bebida para solitarios.


Perdida la noción del tiempo y nublado el recuerdo de Linda que le ofrecía su bebida favorita, Marlowe baja luego el bulevar, tira la colilla apagada, se sube el cuello de la gabardina y guarda sus manos en los bolsillos. No hay ninguna librería abierta en Los Angeles, a esas horas, para resguardarse del aguacero, como hace siempre, y conocer, así, a Dorothy Malone...

Un viejo con un saxo, bajo la farola de la esquina, envía a la noche un mensaje de amor camuflado en un pentagrama dibujado por la niebla.

Pero, a pesar de su porte insolente, Marlowe siempre desea una compañía agradable para no beber su "Gimlet" a solas, para dejar de añorar a Linda y de obsesionarse con la misteriosa Dama del Lago y no maldecir a los saxofones que suenan solos en las esquinas de los callejones solitarios, mandando mensajes perdidos de amor. O resucitando la maldita nostalgia que el combinado había logrado ahogar por unas horas...

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GIMLET

2/3 de ginebra.- 1/3 de zumo de lima.

Echar hielo en la coctelera y verter la ginebra, primero, y el zumo después. Agitar con fuerza y servir en una copa alta tipo Martini o en vaso ancho, con un cubo de hielo.

La receta original imponía el jugo de lima marca "De Rosa", ya que era difícil encontrar en Estados Unidos la lima fresca. Hoy inencontrable, al menos en España, se puede hacer con cualquier otra marca o, mejor, con el zumo de lima recién exprimido. En este caso, varía ligeramente el sabor del combinado original.



8 comentarios:

FRAN dijo...

Lo he probado y aunque la ginebra no esta dentro de mis bebidas preferidas, reconozco que tiene su no se que que gusta...

Un saludo.

Carmen Silza dijo...

Lo que hace el alcohol.... Enemigo silente....Tu entrada me ha encantado..Que pases un buen finde...besos

meg dijo...

Fran, me alegtro de que te haya gustado. Es uno de los cócteles más consumidos y populares, acaso por la publicidad de las pelis de "Marlowe" y de Hammet que siempre le pone una copa en las manos cuando masca su soledad.

Un beso y gracias. Feliz finde.

meg dijo...

Gracias Carmen. Yo tambien te deseo un feliz finde.

ANRAFERA dijo...

Gracias meg por esta bonita e interesante entrada. Me ha gustado mucho ésta "bebida para soñar"...por cierto la probaré, tiene buena pinta¡ Saludos y buen fin de semana.
Ramón

meg dijo...

Espero que te guste Ramon. Es de los cócteles más fáciles y sabrosos, y de los menos dañinos.

Un beso y faliz semana.

CreatiBea dijo...

Rico, rico, sin abusar.

meg dijo...

Bea, pero rico de verdad. Y legendario gracias a Dashiell Hammet.