miércoles, 9 de julio de 2014

HISTORIAS DESDE EL MIRADOR




MÁNES, TÉKEL, FÁRES  (y  II)


      Un escalofrío nos recorrió la espalda...

-Pues, sigue, que tú conoces la historia mejor que yo. Soy islámico.
- Baltasar mandó llamar a todos los amigos y científicos de su reino, en pleno festín. Vinieron todos, pasaron uno a uno por el comerdor real tratando de descifrar el enigmal que había aparecido de repente en el muro. Pero nadie supo explicar al rey su significado. Baltasar, entonces, mandó llamar  por consejo de su esposa, a un joven extranjero llamado Daniel, considerado un  conocedor de misterios esotéricos.  Daniel observó detenidamente aquellos signos ininteligibles y luego se volvió hacia el Rey y le dijo: "Es Dios quien ha enviado la mano misteriosa que ha trazado este escrito. Lo que dicen estos signos significa  'contado, pesado y dividido'".




   Baltasar le pidió que explicara el sentido de todo aquello. Daniel detalló que la palabra "Mánel" significaba que había sido contado su reino y Dios había decidido acabar con él. "Tékel" que el rey había sido pesado en la balanza  y había resultado falto de peso. Y la palabra "Fáres", finalmente, significaba que su reino ya había sido dividido y entregados  sus fragmentos a medos y persas después de la noche de la muerte del Rey. Baltasar asustado le despidió contrariado. Aquella misma noche murió a manos de los sicarios de Ciro el Persa, que se apoderó de la rica y fértil Babilonia.

- En la Universidad del Cairo me completaron la historia, pero desde otro punto de vista. Mientras el joven Daniel descifraba los signos que ninguno de los científicos o sacerdotes babilónicos habían sabido explicar, los persas desecaban el curso del río Tigris, y por su trazado entraron en una ciudad que no podía ser tomada de otra forma dado su doble amurallamiento.  Era el año 539 de la Era Cristiana y el año 1000 antes del Profeta. Ciro, rey de medos y persas se apoderó  de Babilonia, dejó salir hacia la tierra prometida a los hebreos deportados desde Jerusalén y envió a su hijo Cambises II para que gobernara el gran imperio de Nabucodonosor.  Años despés el Gran Darío terminó de someter al gran imperio y, tras el reinado de Jerjes, hijo de Darío, Alejandro el Grande se apoderó de la ciudad y mandó reconstruir todos sus monumentos, incluido el gran Templo del dios babilónico Marduk. Pero la malaria le impidió contemplar su obra terminada  hacia el 323 de la Era Cristiana...

- Así que ¿ése era significado de mi cantinela?.

    El sol había vestido de rojo el horizonte y la niebla que nos rodeaba se empezó a disipar. Gamal se incorporó de un salto.

-Es hora de que nos vayamos. Anochecerá pronto y nos queda un largo camino hasta Basora. Mañana tenemos que pasar la frontera si nos deja el ejército...
- Sí. Yo me empiezo a encontrar incómodo.
- Yo también. No me gusta este sitio amigo mío. Y mira que me he encontrado siempre a gusto entre las ruinas de viejas civilizaciones. Pero este sitio me produce una inquietud rara.



  Gamal empezó a contarme que en Babilonia consumían gran cantidad de frutas y verduras, comían carnes de muchas especies como el carnero o la gacela y con la cebada que cultivaba abundantemente hacían unas gachas  parecidas al cus-cus. Y, sobre todo, fabricaban una cerveza exquisita.  Los estudios de Gamal le habían cundido mucho. Recordaba siempre detalles que completaban la historia y me gustaba escucharlo. En aquel viaje me confesó que había sido  crítico gastronómico de su periódico. Eso me dio pie para presumir ante él de conocimientos culinarios:

- ¿A que no sabes cuál fue  el primer banquete bíblico del que se tiene conocimiento?.
- NI idea . Ya sabes que lo mío es el Corán.
- Pues el de Abraham. Según detallan los libros sagrados, comió carne y pan que coció con  tres medidas de flor de harina en un rescoldo. Aderezó y asó un ternero y tomó leche cuajada.
- La leche cuajada es uno de los alimentos básicos del  Kurdistán, al norte del país. Se extendió hacia el Cáucaso por el oriente y hacia mi país por el occidente... Oye, para no ser practicante te sabes muy bien tu Biblia.  Para un momento que quiero hacer mis oraciones del crepúsculo.

    Paré a un lado de la carretera. Sacó una manta del maletero y se postró de rodillas para hacer sus rezos. Me alejé de él respetando su momento de oración. Me imaginé el empedrado de ladrillo de la Calle de las Procesiones de la antigua Babilonia. Y los jardines colgantes que maravillaron a la Humanidad...Habíamos visto frente a nosotros las ruinas del palacio de invierno de Nabucodonosor. Entré con la imaginación en aquellas ruinas y caminé por ellas, imaginando que recorría los  grandes pasillos hacia el salon real, buscando las inscripciones del jeroglífico de Daniel.  Y, de repente, me encontré en medio de aquel salón alfombrado y con tapices en sus paredes, vitrificadas también con ladrillos azules y blancos, dibujando leones . Y ví en el muro aquellas palabras que llevaban  machacando la mente durante todo el día: "Mánel, tékel, fáres". Una mano fantasmal las escribía de nuevo sobre la pared y volvió a recorrerme un escalofrío presintiendo una tragedia que estaba por llegar aquel valle, antaño fértil y hoy desértico.    Tuve miedo al contemplar la gran torre de cien alturas que el pueblo  mesootámico levantó desafiando sacrílegamente  a Dios.  Gamal me rescató de aquella pesadilla.



- ¿Recuerdas aquel zigurat truncado que vimos en las ruinas?. Pues en lo alto todavía se conservan ladrillos derretidos de color verde oscuro, pegados al muro. Dicen que fue un rayo lo que los fundió o un cometa que cayó sobre la torre en plena construcción
- A lo mejor es verdad que era la mítica Torre de Babel que Dios destruyó para castigar la soberbia del hombre...
- La ira divina, un rayo, un cometa... ¿Qué más da?. Tantos fenómenos extraños se relatan en la Historia que sólo debieron ser fenómenos climatológicos o astronómicos y entonces se vieron como milagros incomprensibles...

    Volvimos al coche que se había enfriado ligeramente en el interior y salimos al camino que conduciría hasta la carretera  que une Bagdad con Hillah y Basora. Torcimos a la derecha y nos dirigimos hacia el sureste camino de la gran ciudad del sur donde pernoctaríamos y desde donde intentaríamos cruzar la frontera con el Kuwait ocupado por las tropas de Sadam Hussein.



- ¿Sabes una cosa, Alex?. No sé si me entenderás dado tu pragmatismo: pero esas palabras no presagian nada bueno.
- Tonterías , Gamal... Estamos en el siglo XX y hemos dejado atrás lo que queda de la antigua Babilonia. Bastante deprimente, por cierto.
- A lo mejor somos los últimos periodistas que dejen entrar en Irak en este momento. Seguramente estamos pisando por última vez tierras mesopotámicas.
- O a lo mejor va a empezar la guerra de verdad.
- A lo mejor...

    Sin saberlo,  a pocos kilómetros de allí, las arenas del desierto  eran holladas por las correas metálicas de los tanques norteamericanos, que se habían concentrado en Arabia Saudí desde días antes. Aviones de guerra con un cargamento destinado a destruir la antigua tierra de Mesopotamia. Un tanque pasó por delante de las ruinas de la antigua Babilonia, donde habíamos estado nosotros horas antes. El tanquista preguntó a su conductor: "¿Dónde hay un MacDonald's por aquí?. No hemos visto ni uno"...


   Nos detuvieron en la frontera con Kuwait y nos llevaron a un campo de concentración de refugiados en Bagdad. Allí nos juntamos periodistas y ciudadanos  kuwaitíes detenidos horas después de la invasion del pequeño emirato por parte de Irak. Luego, días después, nos trasladaron a la frontera con Jordania  y huimos de la zona  entre los miles de irakíes que huían de sus casas, por miedo a las represalias y huyendo de los bombardeos que ya habían empezado a sembrar el horror en Irak. Cuando llegamos a Amman, nos encaminamos a nuestras respectivas embajadas.

- Por algo tú repetías machaconamente las malditas palabras del jeroglífico.
- Y tú recordabas la inscripcion del muro de UR...
- Creo que la ira de Dios se ha cernido sobre  Irak, que ha profanado el gran templo sagrado del capitalismo: los pozos de petróleo. Que Alá nos proteja, hermano.
- Que Dios nos ayude, Gamal. Esto está ya medido, pesado y dividido...


(Ilustraciones: arriba: taringa.net.- Dcha. abajo: elcultural.es.- Dcha.: danieltubau.com.- 1ª izq.: cervecear.com.-
 

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