domingo, 2 de septiembre de 2007

Sal o pimienta

Se ha ido una garganta

... Pero no se ha callado una voz. La voz nos queda para siempre milagrosamente sonora en discos de metal, en cintas magnéticas, en redondeles de vinilo. En los contenedores de las voces del mundo... Y ahí, en lugar preferente de la lista, ha quedado para siempre la voz de Luciano Pavarotti, desde este jueves 6 de septiembre. El tenor con más capacidad pulmonar del Bel Canto, decían los entendidos. Sus pulmones le permitían sostener una nota alta más tiempo del exigido y más allá de lo limitado.

Se ha ido su garganta y su voluminoso cuerpo, reducido a rescoldo por la enfermedad. Pero nos queda su voz. Hoy suena más dramática y agorera que nunca el aria más bella que compuso Puccini: "E lucevan le stelle" de Tosca. Ese fragmento sobrecogedor que todo el mundo apoda "Adiós a la vida". Pavarotti ha dicho adiós a la vida de madrugada, cuando 'lucevan le stelle'. Y nos queda grabado ahí, cercano y potente, como si estuviera cantando Tosca en un escenario invisible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevas razón, se ha ido una garganta, pero llegan otras.
Te pongo un enlace a un video de Youtube en el que se ha realizado un montaje del Nessun Dorna, con varias generaciones juntas. Es digno de ver (y escuchar).
Espero que te guste

Anónimo dijo...

El enlace es:
http://es.youtube.com/watch?v=vZ8rvjbYG-M