miércoles, 10 de octubre de 2007

Recomendaciones

Un libro: "ESPÁRRAGOS PARA DOS LEONES".- Alfredo Iriarte .-

Es la hilarante saga de la familia Esparragoza del país de Palumbia, cuyo blasón son dos espárragos en medio de dos leones rampantes. Sus miembros son a cual más singular. Finalmente, la historia queda centrada en Trimegisto Esparragoza, un santo varón que vive con Amalasunta, su madre, una esfinge inmutable, intolerante y enranciada. El mozo es brillante en cualquier negocio que emprende y así llega a ganar, virgen e intachable, las elecciones presidenciales de su país. Pero la carne siempre es débil, y cuando acaba de asumir la presidencia, junto con su primo Alfonso, un bala perdida al que nombra vicepresidente, conoce a Brunilda, hija de un excoronel nazi y una dama de la alta sociedad palumbiana que le rompe los esquemas de toda su vida. La exhuberante moza le saca de sus casillas y desatiende sus deberes como presidente. La descocada Brunilda viaja a París a comprar su ajuar de boda, y allí decide abandonar a Trimegisto por culpa de un arruinado noble italiano. El bueno de su prometido cae de boca en el infierno de la desmoralización y la ruina personal y su desgracia le llevará a la muerte. Los funerales por el presidente transcurren con la solemnidad que el cargo requiere, y deja el poder en manos de su primo, un tarambana que acaba adquiriendo la cordura con un buen casamiento y al que todo el pueblo ha conocido y admirado durante los actos en que el presidente delegaba. Palumbia sigue siendo un paraíso...

La novela no tiene desperdicio. Valga como ejemplo el relato de la noche de bodas de Metafrasto, el padre de Trimegisto, con la esfinge fría y beatorra de Amalasunta: " La pareja volvió al tálamo para reanudar la penosa tarea. El sufrido esposo tuvo que recurrir... a los recuerdos de días felices...para insuflar la dureza perdida a su ariete viril. Siguió la lucha. Amalasunta oraba en latín y romance mientras Metafrasto pujaba y acesaba. De pronto... se le deslizó una mano sobre la carne cecina de su mujer...previendo otra agria reprensión y un nuevo descenso al piso para repetir la oración, Esparragoza, conteniendo la ira, se la jugó toda en un desplante de audacia...: "Ya sé que soy un libertino abominable. Pero te informo que no pienso acolitar más oraciones. Lo que acaba de ocurrir fue involuntario. De modo que seguimos en lo nuestro o me marcho a mi habitación y mañana mismo inicio proceso de nulidad". Por primera y única vez de su vida, Amalasunta sintió sobre sí el peso de la autoridad de un macho...Matefrasto arremetió con nuevos bríos y de pronto se hizo el milagro: el himen de badana, el himen inexpugnable que pareció desafiar el poder terebrante de un berbiquí, se rasgó para dar paso al falo victorioso. Segundos después vino la apoteosis del chisguete redentor, cuando sus fuerzas estaban a punto de desfallecer. A continuación, el viripotente marido extrajo la méntula de aquella caverna inhóspita y dando las buenas noches salió feliz hacia su alcoba"...

Y dejo algunas palabras divertidas del castellano utilizadas por Iriarte: adehala por propina o recompensa, acolitar por rogar, méntula por pene. En una palabra, que es una novela para divertirse, eso sí, teniendo el diccionario al lado para consultas necesarias.

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