lunes, 8 de septiembre de 2008

Sal o pimienta


No hay manera de acabar con ella...

Nos referimos a la publicidad sexista o machista, como queráis decirlo. Hay un famoso Observatorio de la Igualdad que depende de no sé qué ministerio, que protesta (sólo eso, que sepamos) cuando salen anuncios con chicas macizas anunciando lavadoras, coches de lujo. O colonias masculinas, porque las femeninas se asocian con hadas, mujeres adolescentes o mujeres mohínas vestidas de Dior...

Se redujeron estos anuncios: ahora un hombre echa sal al asado en un horno de puerta extraíble; pne una lavadora; ¡y guisa cualquier plato!. Y paralelamente, los niños que salen en los anuncios ya no son rubios con melenitas de paje, sino chinos, negros o mulatos. Elogiemos esta diversidad de culturas, si además da variedad a los anuncios.

Pero lo que no se ha conseguido todavía es disociar a la mujer de la cirugía estética y de los malestares generales. Si el anuncio de laxantes, la estreñida es la mujer. Si el anuncio es de almorranas, la de las hemorroides es la mujer; si se anuncia un medicamente contra la aerofagia, la de los gases es la mujer; si es un producto para el herpes labial, lo tiene una mujer; si es una pomada contra los talones agrietados, la de los talones con cortezas es la mujer... Y paralelamente, los anuncios de operaciones de cirugía estética también son protagonizados por mujeres, que tienen la obligación según el anuncio de mantenerse perfectas y ágiles. El mensaje es mejorar para que te envidien las amigas y, de paso, el anuncio termina con la mirada admirativa de un hombre... O sea, lo de siempre: depilaros y adelgazad al deseo del hombre...

Pues ante este panorama, casi prefiero ser la cursi mejor perfumada envuelta en gasas flotando en el aire que tener hemorroides. Porque si, además, padezco gases, la sociedad me aislará, todos me mirarán con desprecio y sabré lo que es el infierno...










4 comentarios:

Anónimo dijo...

supongo que ha de haber una medida, pero tampoco creo que sea sano aplicar muy a rajatabla lo políticamente correcto, ¿no crees?

un beso

meg dijo...

¿A qué le llamas tú políticamente correcto?.

Anónimo dijo...

a la prohibición a rajatabla de cualquier cosa que aluda al atractivo sexual por tacharlo de sexista o discriminatorio

ya sé que el punto de tu post era otro, pero en general la moral estricta y prohibitiva, sea en nombre de unos u otros ideales, creo que es contraproducente

a ver si te voy a dejar de caer bien con este tema, espero que no

bs

meg dijo...

Es que no tiene nada que ver, amor, el debate de si el atractivo sexual es discriminatorio, que daría para otro sal y pimienta largo. Se trata de la utilización de la mujer como objeto en la publicidad, para resolver anuncios de productos cuya presentación puede resultar desagradable. Los Yogures con fibras regulan "eso"... ( ¿el qué la regla, el estómago, el intestino?)... Yo sufría en silencio las hemorroides (como una mártir de las almorranas, dicho vulgarmente, que lo son la mitad de la población que va por la calle)... Las dentaduras postizas sólo las llevan las mujeres, por lo que se ve en los anuncios de esos pegamentos. Los hombres tienen unos dientes a prueba de chapa de botella...) Y para colmo, el anuncio de unas compresas escenifica una historia que nada tiene que ver: la del niño acomplejado por el aparato corrector en los dientes, al que su madre lleva a una fiesta y le aconseja cómo tiene que comportarse ante su amiga preferida, sin inhibicion alguna ni complejo de inferioridad. Cuando el niño se baja del coche, con su estima en marcha,entonces viene la frasecita de marras: "hay que ser muy mujer para ir segura. Compresas...o tampones, o lo que sea. Pero ¿qué tiene que ver la compresa que debe llevar la madre con la historia del niño?)... Es que todo es así. Son anuncios estúpidos que confunden e irritan. Esa es mi denuncia en este post.