domingo, 27 de noviembre de 2011

CURIOSIDADES DE LA HISTORIA



STANISLAV PETROV:

EL MILITAR QUE EVITÓ LA TERCERA GUERRA MUNDIAL

    Durante los 40 años que duró la Guerra Fría  entre Estados Unidos y la Unión Soviética hubo momentos de gran tensión, con el peligro de que se desatase la tercera guerra mundial. La crisis de los Missiles soviéticos en Cuba fue uno de ellos. El otro  fue el 26 de septiembre de 1983, durante la medianoche. 

    El teniente coronel Stanislav Petrov estaba encargado, dentro del entramado militar soviético, de controlar los ordenadores y radares antimissiles, ante el posible ataque de Estados Uidos. En caso de que se produjera este ataque, la URSS tenía previsto el lanzamiento de una ráfaga de missiles como contraataque. 

   Cuatro minutos después de la medianoche, saltaron las alarmas del equipo avisando del lanzamiento de un missil norteamericano rumbo a teritorio soviético. Todos los militares se dispusieron a pner en marcha el protovolo establecido. Todos, menos el teniente coronel Petrov, que pidio calma a sus compañeros, razonando que cabría la probabilidad de que fuera un error. Sebasó en una suposición: si los Estados Unidos quisiesen realizar ua accion bélica contra la URSS, no lanzaría un solo missil sino muchos más todos al tiempo, como harían los soviéticos en caso contrario. 
   El sistema detectó un segundo lanzamiento, que desarmaba los razonamientos de Petrov, y luego un tercero y un cuarto  un quinto. Pero la actitud de Petrov sontinuó calmada e impertubable. La pantalla del ordenador. ante  la cual se encontraba el teniente coronel, mostraba el mensaje "INICIO" intermitentemente y con un ensordecedor ruiso de aviso. Empezaron a registrar gritos y órdenes para que Petrov apretara el botón  decisivo cumpliedo el protocolo de seguridad. Pero Petrov, sin otras razones que su instinto, decidió no llevar a cabo  el ataque y esperar a ver qué ocurría. No quería ser el causante de una tercera guerra mundial. Las pantallas de los ordenadores, entretanto, se empezaban a llenar de trayectorias de missiles que caían sobre distintos objetivos de la URSS, pero en realidad no ocurría nada fuera de aquel centro  de operaciones. Poco a poco las alarmas dejaron de sonar y la calma invadió el centro dando la razón a Petrov. Se convertía así en un héroe. 

 Pero al mismo tiempo desobedeció el procedimiento militar, desafianda las advertencias del Kremlim y de sus superiores. Fue sometido a intenso interrogatorio por parte de los altos mandos del ejército, que empezaron a retirar la confianza al haber ignorado las ordenes dadas. Lo que ocurrió se debió a que los radares antimisiles  colocados en los satélites soviéticos estaban configurados para detectar cualquier variación térmica.  Y en aquel momento, la casualidad quiso que la tierra, el sol y los satélites se alinearon al llegar el equinoccio. habituado en estas fechas. Los aparatos del centro de control lo interpretaron como missiles nucleares en el aire y dieron la alarma.


   Stanislav  Petrov no fue castigado por ello, pero su carrera militar había llegado a su fin sin recompensas ni honoralguno. Fue retirado de las FF.EE y asignado a un puesto sin responsablidad alguna y a sus 44 años jubilado por obligación.   La historia no se conoció hasta el 1998 y se la bautizó como "El equinoccio  de Otoño". El 19 de enero del 2006, fue reconocido pública y oficialmente la gesta de Petrov y recibió un merecido homenaje de la ONU  de la Association of World Citizens.

  

2 comentarios:

Malapata dijo...

Una historia interesantísima e injustamente desconocida para el gran público.

Si me permites aportar un poco más a la historia, comentar que a principios de los 80 la relación entre las dos potencias había retrocedido a los peores momentos de la guerra fría. La URSS había invadido recientemente Afganistán y, para echarle más leña al fuego, recientemente había sido derribado un avión comercial surcoreano que, por causas desconocidas, se había desviado de su ruta entrando en el espacio aéreo soviético. La lista de fallecidos incluía a un congresista norteamericano. La relación EEUU-URSS atravesaba esos días uno de sus peores momentos. Esto hizo que la amenaza de una guerra fuera aún más verosímil, lo que aumenta el valor del gesto de Petrov.

En cuanto al fin de la carrera de Petrov, en un primer momento fue felicitado, pero pronto su caso llegó a un callejón sin salida. Premiarlo a él implicaba un reproche al carísimo sistema de alerta que había fallado y que había sido instalado recientemente. Por extensión, esto hubiera salpicado a muchos altos cargos del partido y el ejército que habían apostado fuertemente por él. Al final la solución más sencilla fue quitar a Petrov de en medio haciendo el menor ruido posible.

meg dijo...

Gracias, Malapata, por tu información. Me alegra de que conocieras el caso y, sobre todo, que hayas añadido datos intersantes que completan perfectamente esta informacion. Los visitantes del blog te lo agradecerán. Y yo la primera. Un saludo