domingo, 20 de noviembre de 2011

SAL O PIMIENTA



¿Y AHORA QUÉ?

    Han terminado las elecciones y los escrutinios. Ya sabemos del batacazo del PSOE y del ascenso cumbre del PP, como sabemos de que Amaiur ha recogido los votos desencantados de PNV y  que IU  y UPYD han hecho lo mismo con los del PSOE. Vale. ¿Y ahora qué?.

   Ahora hay que ponerse las pilas y dejar de obstaculizar los debates con   críticas, no por corruptos, sino por ser catalan o andaluz o de derechas o de izquierdas. Hay que desterrar el hecho de que, sino estás a mi favor, es que eres de izquierdas o de derechas.Y hay que devolver las cosas a su sitio: que el profesor se conciencie de que debe enseñar; el estudiante, estudiar aprovechando el privilegio de la educación pública;  los padres, responsabilizándose de su deber de enseñar buenos modales y  principios morales a sus hijos; los jueces, de  juzgar justamente y no epatar con algunas sentencias injustas o sorprendentes; los fiscales acusando con razón y ajustándose a derecho; dejando de permanecer todos, en definitiva, entre el letargo y la queja permanente, sin actuar ni escandalizar...


   Y hay que volver a la disciplina del trabajo y del estudio  y a encontrar la satisfaccion de lo bien hecho; a respetar a los profesores; a no dormirse en los laureles de las aulas a sabiendas de que se puede pasar de curso, arrastrando suspensos; hay que recuperar la enseñanza de calidad y no discriminar alumnos por su raza, su sexo, su inteligencia o su etnia. Todos tenemos el mismo derecho a recibir una buena educacion pública o privada. Todos tenemos derecho a querernos como deseemos. Todos tenemos derecho a vivir a nuestro aire. De perder nuestro complejo de inferioridad. Pero todos tenemos la obligación de  establecer los límites de nuestra libertad, en la frontera donde empieza la libertad de los demás. De respetar la vida humana, cuando deje ser "cosa" en la estancia uterina.  De rectificar sabiamente...

    Pero sin prohibir ni alentar. No nos gusta que nos prohiban, que nos dirijan nuestras vidas estableciendo por ley cómo deben comer nuestros hijos (que ya lo saemos nosotros lo suficientemente bien) o  cómo debemos vestir o ponernos enfermos;  y menos que nos hagan gastar dinero a capricho de los gobernantes veletas que ayer nos obligaron a levantar mamparas para separar a los fumadores de los no fumadores y hoy se vuelve a permitir el fumeque en los interiores... Hay que mirar en una sola dirección, y hombro con hombro, perseguir el compromiso de sacar el país de esta crisis insoportable en que nos han hundido políticos sin visión ni formación alguna  mintiendo hasta la saciedad.  

Hay que recuperar el prestigio perdido en los foros internacionales, donde las frases huecas y sonoras, copiadas  de los textos indios norteamericanos,  solo hacían reir a los colegas de la política y la diplomacia. "Cosas de España" decían de lo que no era más que viento y humo... Y hay que potenciar el aprendizaje del inglés, para poder entendernos de tú a tú en la Europa unida en un debate económico...  Y hay que aplicar planes inteligentes de ahorro y la racionalización del gasto y de la política... Y acabar con las prebendas de los poderosos... Reducir los altos cargos y unificar actuaciones... Y olvidarnos de las diferencias sectarias e ideológicas. alimentadas en los últimos años de régimen, y que nos han enfrentado durante décadas... Y dejar atrás la depresión y recuperar la confianza perdida.

   Felicitemosnos, porque la jornada electoral transcurrió sin incidentes y los ciudadanos que han querido y han podido, han ejercido libremente su derecho al voto. Pero también porque, a partir de mañana, todos hemos asumido que hay que arrimar el hombro y sacar adelante al país, a base de esfuerzos y renuncias. Sólo así, podremos recuperar el prestigio perdido dentro y fuera de nuestras fronteras. Hay que convencerse de que el presente ya es pasado y el futuro está ahí, esperándonos para hacerse presente...


(dibujo superior: cbuey.dip-badajoz.es.- central derecha:ediciona.com.- Inferior izqda.: elsimofu-elsita.blogspot.com.- Inferior derecha: estilosud.com)

6 comentarios:

oscar dijo...

Que dios no pille confesados!

Anónimo dijo...

Meg,yo no se si es bueno o malo,lo que pasa en tu patria...se poco y lo poco me preanuncia,una caida mortal,económica,enargentina...no estamos ni ahí preparados,para recibir el tarifazo, y la persecución,casi fascista,de los periodistas,que osan hablar mal de este gobierno peronista...que no te engañe,el discurso de la jefa de estado,no es ni ahí,ni ahí PROGRESISTA, sigue los pasos de un movimiento creado por un general de la Nación Perón,en los años 40,en el puro fascismo de mussolini!
un abrazo amiga!se feliz
lidia-la escriba

blog actualizado

meg dijo...

Oscar, sí. Porque si Dios no lo remedia,en cuestion de días tendremos las calles alborotadas con los sindicatos, los perroflautas y los 15-M, protestando contra las medidas que adote el nuevo gobierno. Tiempo al Tiempo.

meg dijo...

Lidia, no estoy muy al tanto de vuestra política, pero sí de las ideas de la nueva presidenta que no difieren nada de las de su marido y las de éste eran una modernizacion de las de Perón. Que Dios os coja confesados, también a vosotros.

palmiro dijo...

La derecha y la izquierda, o los centros sucesivos, el PSOE y el PP, esas dos Españas ancladas en un cierto corazón social, pero que no responden ya a la realidad socioeconómica del país. La izquierda y la derecha, y los comentaristas de uno y otro lado, tan poco templados, tan desairados a menudo. Y ahora que toca, la izquierda, sus intelectuales encaramados al poste de la descalificación antes de que empiece el partido. Pero, vamos a ver, ¿qué pasa aquí que solo se puede votar PSOE? ¿Qué pasa aquí con once millones de españoles son unos fascistas a los que no cabe sino despreciar? Un poco de calma, un poco de luces.

meg dijo...

Tienes razón Palmiro. La verdad es que la izquierda en España grita más que la derecha, para hacerse oir por encima de los susurros ciudadanos, y dejan escapar un chorro de mala educación. Como si no supieran perder. Lástima. Porque necesitamos caballeros en este país tan carente de moderación.