UNA PELÍCULA:
"GUERRA DE VINOS"
Dir.: Randall Miller.- Ints.: Bill Pulman, Alan Rickman, Fredy Rodríguez, Rachel Tavier, Chris Pine, Miguel Sandoval.
Steven Spurrier (Rickman), propietario de una selecta tienda de vinos en París, se entera por su amigo Maurice (Farina)
de que, en California, se están consiguiendo unos caldos que podrían
emparejarse ya con los franceses. Spurrier se niega a creerlo y decide
viajar hasta allí para comprobarlo. En el valle de Napa californiano
conoce a Jim Barrett (Pulman), un bodeguero que está al borde de
la quiebra por la presión de los bancos, pero que se niega a
comercializar industrialmente su excelente vino porque prefiere seguir
produciendo a menor escala para darf mayor exclusividad a sus caldos.
Su hijo Bo (Chris Pine), Sam (Rachel Taylor) una enóloga recien llegada y el capataz mejicano Gustavo Bambila (Fredy Rodriguez)
son el trío compacto que le ayuda a llevar la empresa, a pesar del
desapego de Bo. Bambila, al contrario que el joven, es un amante
admirador de su oficio que considera un milagro la maduración del vino. E
intenta conseguir el vino perfecto dedicándole todas las horas del día
a la bodega.
Y
a partir del encuentro entre Spurrier y Barrett se libra una batalla de
estilo y calidad entre el estirado comportamiento y carácter del
británico parisino y la campechanía de los viticultores de Napa. Y un
maridaje de ciencia y gastronomía, manifestado en la fórmula que busca
el esforzado Gustavo para conseguir "su vino". La recogida de botellas
californianas por parte de Spurrier y su regreso a Francia, donde reúne a
un jurado de connoiseurs expertos, acapara la segunda parte de
la película. Jim se niega a viajar, porque está convencido de que es una
osadía comparar su vino californiano con los franceses, que acabarían
ganando por goleada. Y envía a Bo que viaja acompañado de su amigo
Maurice. La cata al aire libre, en una mesa dispuesta como si fuera un
picnic, es una de las escenas más entretenidas de la película. Ni que
decir tiene que el final es sorprendente hasta cierto punto, porque es
el que deseas desde el principio y que permitirá a Jim salir del bache
económico en que se encuentra. Y Gustavo, el amante enólogo, acabará
creando su propia bodega, donde seguirá intentando conseguir el vino
perfecto.
La película se deja ver muy bien, tiene agilidad y unos actores
magistrales. Rickman borda su papel de británico estirado y escueto que
quizá es uno de los mejores de su carrera; Pulman muy en su papel del
bodeguero californiano deprimido por las presiones de los bancos, y
todos los demás actores. Destaco también a Fredy Rodriguez en el papel
de Gustavo, que encandila desde el principio, lo mismo que Chris Pine en
el hijo hippie, rebelde y desapegado. El guion es del propio Miller y
la película obtuvo muy buenas críticas en el Festival de Cine
Independiente de Sundance, que organiza cada año Clint Eastwood.
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