lunes, 3 de junio de 2013

HISTORIAS DESDE EL HOSPITAL


   Hoy ha muerto Petra en la habitacion de al lado. Era uno de esos enfermos paliativos -así es como llaman a los enfermos graves en fase terminal- con leucemia que estaba reingresado desde hace una semana.  En su estancia anterior, se le oía su desesperacion en forma de gritos agudos en medio de su demencia senil, reclamando imposibles a las enfermeras. Cuando estaba el marido, Justo, dejaba de chillar porque él la dominaba bien. Pero una tarde, Rodri, uno de los enfermeros le anuncio una merienda de chocolate con churros. Y a las 3 de la madrugada seguia pidiendo a gritos su merienda de churros,a pesar de las veces que le advirtieron quen habia sido una broma. Le dieron de alta y no volvimos a saber de ella ni de Justo su marido. Ahora, Justo, sin hijos y con el síndrome del cuidador o enfermero de urgencia, se ve abocado a un espacio demasiado amplio para él, sin obligaciones ni sentido. Un espacio demasiado largo, demasiado ancho, demasiado oscuro y demasiado desorientado para seguir su vida normal...

   Pero el viernes volvio a ingresar, agravado su estado. Mi hija se encontro con su marido en la cafeteria y le conto lo grave que habia vuelto y el miedo a que no durara mas de 3 días. Ha sido así. No pasó la madrugada, noramala o norabuena para morir, porque nunca se sabe cuál es la mejor hora para decir "ahí os quedais". Y no hay estadisticas que aclaren las dudas, si es que los numeros computados aclaran algo.

   Llevo, así, seis meses, viendo entrar a la muerte de habitacion en habitacion. Y a veces me tapo muy bien bajo las sábanas, casi sin respirar, para que no se dé cuenta de que estoy aqui vivita y coleando todavía. Para que siga pasando de largo mi habitacion.  Yo creo que sabe dónde estoy pero se hace la "muerta"...

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