Se ha ido. Miguel Delibes, el gran señor de la novela, se ha ido. Se ha muerto despacito y serenamente. No ha demostrado lo que dijo un día: "Los viejos nos morimos de asco". Y hoy lloran los viejos castellanos desdentados, sentados al sol en las plazuelas de los pueblos; David el Mochuelo, Sissi que ya ha crecido, el señor Cayo, el tío Ratero, laMilana bonita, el pájaro "engañapastor", el barruco, el naúfrago y hasta Mario dentro de su tumba... Y, materializados en la realidad, sus siete hijos huérfanos ya del único cobijo paterno que les quedaba. El cobijo materno se rompió muchos años antes, cuando Angeles murió a los 50 años, dejando en Miguel un agujero en el alma que nunca ha podido llenar, ni siquiera con sus personajes. Desde aquel mes de noviembre de 1974, Miguel vivirá en una tristeza y soledad total, porque se le había ido la mitad de sí mismo. Desde 1998, don Miguel ya apenas escribía. El cáncer le jugó una mala pasada sometiéndole el resto de su vida. El decía que su situacion era un no vivir. "Uno se convierte en paciente sumiso que obedece, pero la cabeza no te sirve de nada. He vivido demasiado. He tenido paciencia. La palabra feliz no figura en mi diccionario.. Me alegra haber culminado una obra".
Creo que el mejor homenaje que podemos hacerle a este hombre honesto y genial, es recordar algunas de sus obras, -todas sería imposible- con fragmentos fundamentales:
"La sombra del ciprés es alargada"
"Aquella noche me torturaron extrañas pesadillas. Don Mateo y yo éramos los tripulantes únicos del "San Fulgencio", que navegaba por un mar de sangre. De vez en cuando, peces con rostros humanos brincaban entre ola y ola, riéndose estrepitosamente. Las caras de aquellos peces eran desconocideas, pero su número iba aumentando progresivamente hasta que el mar se convirtió en una carcajada siniestra. El señor Lesmes y yo contemplábamos el extraño panorama apoyados en la borda. De pronto uno de los peces pasó rozando nuestras cabezas. Vimos su rostro y don Mateo dio un grito. Era Martina. Pero la niña, transformada en pez, no hizo caso y se zambulló en las aguas rojas sin dejar de reir a carcajadas..."
"Las ratas"
-Espera jefe., Ese hombre no pordiosea.
- ¿Qué hace?
-Caza ratas
-¿Eso es un oficio?. ¿Para que quiere las ratas?
- Las vende-
- Y ¿quién compra ratas en tu pueblo?
- La gente. Se las comen. Son buenas, jefe, por éstas. Estas buenas con una punta de vinagre y son más finas que codornices.
Fito Solórzano estalló de pronto:
-¡Eso no lo puedo tolerar!. ¡Es un delito contra la Salud Pública!.
El Justito intentaba aplacarle:
-En la cuenca todos las comen, jefe. Y si te pones a ver, ¿no comemos conejos?...
"Cinco horas con Mario"
"Me da rabia contigo Mario, la verdad, que parece que se fueran a hundir las esferas por pedir una recomendación, cuando en la vida todo son recomendaciones, unos por otros, de siempre, para eso estamos, que estoy harta de oirle a mamá: "El que tiene padrinos se bautiza". Pero contigo no hay normas, ya se sabe, los requisitos, "soy funcionario y familia numerosa; no tienen salida", como para fiarse de tí, hijo, que vosotros os agarráis a la ley cuando os conviene, que no quereis daros cuenta de que la ley la aplican unos hombres y no es a la ley, que ni siente ni padece, sino a esos hombres a los que hay que cultivar y bailarles un poquito el agua, que eso no deshonra a nadie, adoquín, que te pasas la vida tirando puyas y, luego porque la ley lo dice, ya te piensas que todos de rodillas y,si te niegan el piso, un pleito, recurrir, ya ves qué bonito,contra las autoridades,, lo que nos faltaba, que yo no sé en que mundo vives, hijo de mi alma, que parece que te hubieras caído de la luna".
"Los santos inocentes"
"El señorito Iván, o las piernas del señorito Ivan, experimentaron unas convulsiones extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta y su cuerpo penduleó un rato en el vacío hasta que, al cabo, quedó inmóvil, la barbilla en el alto del pecho, los ojos desorbitados, los brazos desmayados a lo largo del cuerpo..."
"El hereje"
"Pero su atención, sin apenas advertirlo, iba en otro dirección, su débil cerebro se desplazaba hacia Minervina, hacia su airosa figura, decidido, la soga del ronzal en su mano derecha, abriéndose paso entre la multitud. Se recreaba en su gentileza y, al contemplarla, sus ojos sabían que era la única que él había querido, cumpliendo el mandato divino de amaos los unos a los otros. Cerró los ojos acunado por el bamboleo del borrico y evocó los momentos cruciales de su convivencia con ella: su calor ante la helada mirada del padre, sus paseos por el Espolón, la galera de Santovenia, la ternura con que velaba sus sueños, su espontánea entrega a su regreso en la casa de sus tíos. Al ser despedida, Mina desapareció de su vida, se esfumó. ... Yahora, veinte años después, ella reaparecía misteriosamente para acompañarle en los últimos instantes como un ángel tutelar"...
Esto es una pequeña muestra. Quedan ahí también "Mi idolatrado hijo Sissi", El disputado voto del Señor Cayo", "Diario de un cazador" "Viejas historias de Castilla la Vieja", "La hoja roja" (esa hojita que en los cuadernillos de papel de fumar avisaba de que se acababa el papel), "Parábola del naúfrago" "La mortaja", "El príncipe destronado", "El camino" , "Las guerras de nuestros antepasados" , " Señora de rojo sobre fondo gris" (escrita poco después de la muerte de su mujer y cuya memoria conserva entre líneas)...Así se nos ha ido, entre líneas. Él creía que había vivido demasiado. Nosotros creemos que no había vivido todo lo que tendría que haber vivido...
A mí, personalmente, se me ha ido un maestro y colega, antiguo director del diario "El Norte de Castilla", que me anunció hace ya más de cuarenta años que el periodismo "era una profesión tan puñetera que tenía que saber dejar a tiempo, antes de que acabase conmigo". Si lo sabría él, que acababa de abandonar la dirección del periódico vallisoletano. Yo no lo entendí entonces. Lo he entendído ahora, cuando voy perdiendo ya la necesidad de aprender y la curiosidad que siempre me ha mantenido alerta, cuando me he desligado lentamente de mi empresa como él se desligaba de la suya cuando me dio aquel consejo...
Ahora espero que siga vigilando a esta sociedad medio loca, tal y como él la creía. Y que siga mirando, de vez en cuando, a ver cómo va esto de la conservación de la naturaleza que tanto le preocupaba. Porque a lo mejor no hemos entendido su mensaje... Hasta pronto Miguel...
Ahora espero que siga vigilando a esta sociedad medio loca, tal y como él la creía. Y que siga mirando, de vez en cuando, a ver cómo va esto de la conservación de la naturaleza que tanto le preocupaba. Porque a lo mejor no hemos entendido su mensaje... Hasta pronto Miguel...
(Datos para la selección extraídos de www.ABC.es)
7 comentarios:
http://joseanbejarano.blogspot.com/2010/03/don-miguel-se-nos-fue.html
Hola: el dejar aquí el enlace a mi blog, ha sido simplemente por dejar constancia de mi humilde homenaje a D. Miguel. Nada de publicidad ni me mueve nada en especial. He llegado sin saber cómo a tu hermoso blog dedicado a los grandes de la Literatura.
No me preguntes cómo suscribirte ni nada relacionado con los blogs. Yo simpelmente los voy visitando y no sé mucho más. El tuyo lo he anotado para visitar. Y gracias por tu visita y tu comentario.
Un saludo y hasta pronto
De nada, Jose Antonio. Es que uno de tus blogs me ha gustado mucho. Y la coincidencia sobre el maestro Delibes también. Sólo era eso.
Gracias por tus visitas y saludos. Feliz fin de semana.
UNa gran perdida, para mi solo cmparable ocn la de Dali
Oscar, yoi he sentido mucho su pérdida. Pero quizá más cercana que la de Dalí. Fue un poco mi maestro en mi adolescencia de periodistaque empezaba.
Un beso, gracias y feliz fin de semana.
Excepcional entrada como homenaje al gran Delibes. Gracias por esta estupenda exposición. Felicitaciones. Saludos.
Gracias Ramon. Sé que lo dices de verdad. Un beso.
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